«It’s a sin», la serie sobre el sida que enamora

Olly Alexander y Lydia West. | HBO / Juan Manuel Freire. barcelona
Juan Manuel Freire. barcelona
Sobre la crisis inicial del sida existen grandes películas y series, pero según Russell T Davies, creador de ‘Queer as folk’ o ‘Years & years’, la perspectiva que ofrece ‘It’s a sin’ (HBO) es bastante única: una muy británica y de épica más humana que política o activista. Sus personajes, ha declarado en The Guardian, son «gente corriente, y eso me interesa porque sus historias no se cuentan a menudo». Aunque en la serie se hace referencia a la nefasta respuesta de Thatcher a la epidemia, esto no es una colección de Grandes Momentos Históricos.
La miniserie iba a llamarse, en principio, ‘Boys’, como el hit de Sabrina, pero acabó llevando título de clásico de Pet Shop Boys: una canción memorable sobre el drama de sentir vergüenza por los placeres y anhelos propios. Years & Years (el grupo del protagonista, Olly Alexander) acaban de estrenar una versión pianística del tema que puede dar una idea equivocada de lo que veremos en la serie. Davies busca más alegría que pena y más liberación que introversión.
Ni siquiera en los momentos más trágicos, se cede del todo al desaliento, pero la alegría es especialmente máxima en el arranque, cuando vemos a Ritchie (Alexander) y Colin (Callum Scott Howells) dejar sus hogares en la Isla de Wight y Gales, respectivamente, para irse a vivir a Londres. El primero ha embutido un puñado de revistas porno gay en la maleta para que su madre (Keeley Hawes, la ministra del Interior de ‘Bodyguard’) no las descubra durante una reordenación doméstica. Ritchie debería estudiar derecho, pero no lo hará. Por su parte, Colin llega a la metrópolis con aspiraciones de ser sastre en Savile Row. Durante su aprendizaje del oficio encontrará desde abusos de poder hasta lecciones inspiradoras, estas últimas a cargo del amable sastre Henry Coltrane (Neil Patrick Harris).
Ritchie y Colin cruzan caminos con otros personajes memorables, como el exuberante Roscoe (Omari Douglas), quien ha salido del armario del modo más ruidoso y conseguido que su familia nigeriana le desherede; Ash (Nathaniel Curtis), un introspectivo estudiante de arte dramático, y Jill (Lydia West), mamá no oficial de la pandilla. La base de operaciones del grupo es The Pink Palace, exactamente el nombre del piso donde vivían y festejaban algunos viejos queridos amigos de Russell T Davies. Incluso mientras la sombra de una enfermedad misteriosa se cernía sobre sus vidas, nos indica el autor, aquellos chicos no dejaron de vivir y festejar.
No saber y no querer saber
Para la actriz Lydia West, única chica de la pandilla, la puerta de entrada a los ochenta, The Pink Palace y su personaje fue… su propio personaje. La verdadera Jill, Jill Nalder, hace de madre de la falsa Jill. «La conocí en la primera lectura de guion y fue emocionante», explica. «Sea como sea, no basé mis decisiones como actriz en ella. La serie sigue siendo ficción, no trata de su vida. Pero fue fantástico tenerla cerca».
West repite con Davies poco después de ‘Years & years’, en la que conmovía como hija transhumana de Stephen (Rory Kinnear) y Celeste (T’Nia Miller). Aunque cueste creerlo, era su debut en la pantalla. ¿Considera a Davies su padrino, su mentor? «No sé si lo llamaría así, pero, desde luego, tenemos una gran relación profesional. Admiro su trabajo y espero que a él le guste el mío. ¡Eso parece! Recibir un segundo guion de Davies en dos años fue algo increíble».
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