La principal clave del éxito del ecosistema Mediaset es el reciclaje de sus propios personajes. A través de una endogamia mediática donde los protagonistas van pasando de formato a formato, han creado un macrocosmos lleno de tramas enrevesadas que nada tienen que envidiar al universo cinemático de Marvel. Como explicaba la periodista Paula M. Gonzálvez, Mediaset «sabe aprovechar como nadie los personajes que fabrica» y los «exprime» hasta que no dan más de sí. E incluso en estos casos han aprendido a dejarlos en barbecho una vez exhaustos para rescatarlosal cabo de unos años gracias a programas que hacen de trampolín. El último en unirse a esta categoría es La Isla de las Tentaciones (en adelante LIDLT).

Este reality, que ha conseguido que cada uno de sus episodios se posicione como líder de audiencia, ha dado mucha visibilidad a decenas de perfiles cuyo minuto de gloria ya había pasado, encumbrándolos, de nuevo, al prime time. Y no son pocos los isleños que han sabido usar el programa para convertirse en habituales de la cadena. De la isla al éxito. Para los desubicados, aquí va una guía de urgencia.

Fani Carbajo, con ella empezó todo

Se convirtió en la protagonista de la primera temporada. Hasta su nombre sonó en los Goya de 2020. Sí, ella es la «Estefanía» cuyo novio gritaba por la playa al enterarse de los cuernos. Personaje anónimo antes del ‘show’, ahora es una de las más recordadas, especialmente porque, gracias a sudesparpajo y carisma, ha dado titulares incluso dos temporadas después de participar. No es de extrañar que, viendo su potencial, la llamasen para concursar en ‘Supervivientes’, ‘Ven a cenar conmigo’ y ‘La casa fuerte’ y le dieran un programa en Mtmad.

Fiama Rodriguez, la reina del reciclaje

Si hay un ejemplo de retroalimentación es Fiama. Pasó de ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’ a ‘La Isla’, de nuevo a ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’ y de ahí    otra vez a ‘La Isla’. Un centrifugado de participaciones en ‘realities’ solo posible en Mediaset. Y no solo es que haya dedicado gran parte de su vida profesional a trabajar como concursante, sino que también ha ido construyendo su vida amorosa en base a los programas por los que desfilaba. Es decir: en ‘MyHyV’ se enamoró de Álex. Con él participó en ‘LIDLT’ y allí su relación llegó a su fin. Entonces fue a ‘MyHyV’ como invitada (y soltera) y ahora que se ha curado las heridas ha vuelto a ‘LIDLT’ para tentar a los concursantes y encontrar el amor (o simplemente pescar más minutos de pantalla). Pocos corazones rotos salen tan rentables.

Marta Peñate, de La Isla a todos los platós

‘LIDLT’ es un ‘reality’ donde se tienen todas las de perder: no hay premio en metálico, lo más probable es volver soltero a casa y, encima, es fácil caer mal a la gente. Una de las pocas formas de salir victorioso de la isla es hacerlo con la fama de que das buen ‘show’, porque sabes que te seguirán llamando. Marta es la isleña que más veces ha saltado del trampolín de Mediaset. Desde que acabase su temporada en noviembre de 2020, ha pasado por los debates, ‘La casa fuerte’, ‘Solos/Solas’ y ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’. Además, tiene un canal en Mtmad. Todo eso en poco más de cuatro meses.

Susana Molina, Mejor instagram que «realities»

Cayó bien desde el principio. Era sensata, honesta y con los pies en la tierra. Ganó ‘Gran Hermano 14’ (2013). Sí, es difícil salir victoriosa de ‘LIDLT’, pero ella lo logró: se llevó el amor del público y le dio carpetazo a una relación tóxica. Sin embargo, decidió no abusar de la fama isleña y ha preferido mantener un perfil más bajo: ha apostado por pequeños trabajos, como su segmento en Mtmad, y con colaboraciones esporádicas, como cuando conversó con Anabel Pantoja en ‘Solos/Solas’. Pero si algo demuestra su caso es que el salto del trampolín de ‘LIDLT’ no es solo hacia los ‘realities’, también a Instagram, y gracias a su paso por el programa, se ha convertido en la exconcursante más seguida en las redes, con un millón de seguidores. Ahora, a vivir la vida de ‘influencer’.

Rubén Sánchez, el tentador profesional

El amante de Fani en ‘LIDLT’ sabía que vivir de ‘realities’ es muy lucrativo. Y por eso llevaba desde 2014, cuando participó brevemente en ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’, intentando formar parte del macrocosmos Mediaset. Logró su bombazo con ‘LIDLT’, gracias a haber detectado a tiempo el potencial de su compañera y dejarse arrastrar por su embrujo televisivo. En pocas palabras, fueron a titular por cada filetazo en la piscina. Una vez logrado su objetivo de conseguir que las cámaras del ‘prime time’ volvieran a apuntarlo, no se estuvo quieto, y ha seguido saltando en el trampolín de los ‘realities’: pasó por a ‘MyHyV’ como tronista (una de las figuras con más protagonismo del programa), aunque su aventura fue breve debido al covid, y ahora ha regresado a ‘LIDLT’, de nuevo como tentador, para seguir alimentando la maquinaria de Telecinco.

Melyssa Pinto, cuando el desamor es oro televisivo

Vio imágenes que la destruyeron tanto que se saltó la principal norma (no puedes ver a tu pareja por tu propia cuenta) y se fue caminando hasta la casa de los chicos para confrontarle por sus acciones. Oro televisivo. Obviamente, tal muestra de dolor en ‘prime time’ hizo que el público empatizase con ella, y al final las frases de autosuperación con las que se fue empoderando para enviar a freír espárragos a su novio se convirtieron en una especie de mantra ‘millennial’. Desde entonces, Melyssa ha sido invitada a los debates, su familia ha pasado por el ‘Deluxe’, tiene un segmento en Mtmad e incluso fue Trending Topic al protagonizar el anuncio de Tinder que se emite durante las pausas publicitarias de ‘La Isla’.

Tom Brusse y Sandra Pica, los villanos del plató

Tom empezó junto a su pareja, Melyssa. Sandra, por su parte, lo hizo como soltera. Sus caminos se cruzaron y, tras unos cuernos muy, muy comentados, acabaron juntos, convirtiéndose en una pareja de villanos televisivos. Desde entonces, han decidido explotar su fama de problemáticos en ‘La casa fuerte’ y ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’, donde están actualmente como comentadores. Y parece que Tom se siente cómodo en el papel de malo, porque todos los titulares que dan son por lo mismo: las supuestas ganas que tiene él de conocer a otras mujeres y lo quemada que está Sandra, llegando a hacer el manido recurso televisivo de irse dramáticamente de plató porque «no aguantaba más».