Los lectores frecuentes y el tiempo dedicado a la lectura marcó un máximo histórico durante el confinamiento, pero lo más positivo es que una parte significativa de esos datos se mantuvo a lo largo del año, según el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros de 2020.

El informe, elaborado por la Federación de Gremios de Editores de España y el Ministerio de Cultura, presentado ayer señala que suben las personas que leen en su tiempo libre -mayores de 14 años que leen semanalmente- pero el computo total se sitúa en 68,5 %, solo 0,3 más que en 2019.

El número de lectores frecuentes se calcula sumando quienes leen en tiempo libre y quienes lo hacen por motivos de trabajo o estudios. Los primeros suben en el año de la pandemia aupados por el confinamientos, pero los segundos caen significativamente del 27,5 % al 23,1%, de ahí que el aumento no luzca.

Los datos analizados antes, durante y después de la pandemia concluyen que el hábito de lectura mejoró tras el confinamiento, antes la media de horas de lectura era de casi siete horas a la semana, durante los meses de cuarentena subió a 8 horas y media y tras el verano se instaló en 7 y media, media hora más que en 2019.

Pese a estos datos positivos, sigue habiendo una gran número de personas que no tocan ni un libro a lo largo del año: un 36 por ciento, una cifra alta que no se corresponde con la potencia literaria que es España. «Somos una gran potencia editorial, pero no de lectura», explicó Patrici Tixis, presidente en funciones del Gremio de Editores.

Desigualdad territorial

Los lectores crecieron en 2020 en todas las comunidades, aunque se mantienen las desigualdades históricas entre regiones: Canarias, Extremadura, Castilla La Mancha y Andalucía son las que menos leen, y Madrid, País Vasco, Navarra, Cataluña, La Rioja y Aragón, las que más. La Comunitat Valenciana está solo un punto por de bajo de la media española.

El ministerio trabaja en un nuevo Plan de Fomento de la Lectura que se presentará previsiblemente en verano y en el que ya trabajan todos los sectores implicados, según recordó el ministro, José Manuel Rodríguez Uribes.

Las mujeres siguen siendo más lectoras que los hombres, especialmente en la franja de edad de 45 a 64 años, en los que las leen entre el 76,5 y el 77,9 del total de las féminas. «Siempre ha existido una brecha en positivo y se ha incrementado durante la pandemia», señaló María José Gálvez, directora general del Libro y Fomento de la Lectura.

La lectura de libros en dispositivos se mantiene al alza, como en los últimos diez años. El estudio indica que al menos un 6,2 por ciento de los lectores lo hacen en móviles.

Otra de la luces y sombras del informe es el de la manera de acceder a los libros: las librerías tradicionales suben cuatro puntos (67% al 71%) como primera opción, pero las bibliotecas se han desplomado del 32% al 23% por la pandemia, pese a que en los últimos años ascendía paulatinamente.