La capilla ardiente del actor Enrique San Francisco sigue hoy abierta en el Tanatorio Norte de Madrid y por ella ya han pasado a despedirse amigos del mundo del espectáculo como Lolita, Pablo Motos, Pipi Estrada o Beatriz Rico, que ha recordado al actor como alguien que "siempre te quería hacer feliz".

El actor y humorista madrileño falleció ayer a los 65 años de edad tras varias semanas hospitalizado con una neumonía bilateral en el Clínico San Carlos de Madrid.

El cuerpo del intérprete está desde ayer a última hora de la tarde en la capilla ardiente, que cerrará a las 14:15. Anoche pasaron por el tanatorio amigos como la cantante Lolita, mientras que esta mañana lo han hecho otros como la actriz Beatriz Rico y el periodista y colaborador televisivo Pipí Estrada.

"No nos lo esperábamos porque estaba mejorando, desde hace tres semanas estaba fuera de peligro pero este fin de semana estaba muy, muy flojito", ha explicado Rico a los periodistas congregados en el lugar.

"Él echaba mucho de menos a su padre, y ahora está con su papá arriba, y con su madre. Los que le queremos le recordaremos como siempre, un tío muy divertido y que quería hacer la vida más feliz a los que tenía al lado, estaba siempre de cachondeo", ha continuado, emocionada.

Por su parte, Estrada ha señalado que San Francisco, a quien conocía desde hace "muchos años", ha dicho, era "muy espontáneo, cometía muchas fechorías y era políticamente incorrecto, le tocaba las narices lo que la gente pensara".

"Pero era su nobleza, su forma de vivir y de ser (...) Con él era imposible tener un mal momento", ha subrayado. 

"Era un genio"

Pablo Motos ha llegado visiblemente afectado a la capilla ardiente y ha declinado hacer declaraciones. El presentador valenciano eligió ayer las redes sociales para despedirse de su amigo. "Era un genio y un sabio. Te echaremos mucho de menos", afirmó Motos, que describió a San Francisco como un "cómico natural".

Por la noche, Motos dedicó un monólogo a San Francisco. "Me enseñó a vivir en Madrid. Me enseñó a entender a los artistas y también me enseñó hasta qué extremo una persona puede ser libre. Tú puedes ir a trabajar, tener un horario, obedecer a tu jefe... O no. A Enrique no le daba la gana, y como era libre decidió vivir por el lado salvaje de la vida".