Uno de los temas más discutidos durante estos últimos 12 meses, los que ya llevamos conviviendo con el coronavirus, ha sido la bondad de instaurar o no un «pasaporte covid». Se ha hablado de un salvoconducto que permita a quienes ya han pasado por la enfermedad viajar libremente, suponiendo su inmunidad. Sin embargo desde el sector cultural valenciano reclaman un «pasaporte cultural», que permita al público acceder a los espectáculos que aún se programan sin temer infringir las medidas de seguridad, sobre todo las relacionadas con el toque de queda.

Este ha sido uno de los aspectos que ayer se pusieron sobre la mesa en el desarrollo de las jornadas Cultura Segura, impulsada por la Conselleria de Cultura, que se celebró en el Teatre Martin i Soler del Palau de les Arts. En su intervención, la secretaria autonómica de Cultura, Raquel Tamarit, aseguró que el conseller del ramo, Vicent Marzà «reivindica» la emisión de un «pasaporte cultural», algo que ella, dijo, seguirá poniendo sobre la mesa. Al respecto se pronunció Isaura Navarro, secretaria autonómica de Salud Pública, que a priori descartó esta posibilidad debido a la dificultad que supondría para los cuerpos de seguridad hacer un correcto seguimiento. 

Tamarit señaló que «estamos ante una crisis sanitaria, no cultural. Uno de los principales problemas ha sido la reducción de aforo». En este sentido, lamentó que «el que más ha sufrido los efectos de la pandemia ha sido el sector de la música en vivo». En este sentido, el presidente de Music Pro CV, Sergi Almiñana, recordó que el sector ha sufrido pérdidas de más de 100 millones de euros y su facturación ha caído en un 80 %. «Hay que garantizar la cultura segura, pero también viable», lanzó.

Tamarit lamentó que el cierre perimetral de las ciudades «lo ha complicado todo», pese que «las grandes ciudades han continuado con su apuesta cultural» y alabó la labor del sector privado por su «esfuerzo»: «Es muy necesario que sigan programando», dijo. Así, María Ángeles Fayos, de Olympia Metropolitana, reclamó desde el públcio a la secretaria autonómica «diferentes reglas para seguir creciendo. Hay que ser ambiciosos y no hacer solo una programación al año, sino coproducciones», reivindicó.

Consumo cultural

Por su parte, la directora general de Cultura, Carmen Amoraga, señaló que la pandemia no ha afectado a todos por igual: «No todos han tenido el mismo músculo para adaptarse», dijo en cuanto a las pérdidas y empresas que han tenido que cerrar. Sin embargo, Amoraga quiso ver la parte más positiva en cuanto al consumo cultural. «La gente se ha suscrito a plataformas de streaming, se han visitado más museos virtuales, se ha consumido sin freno todo lo gratis», dijo Amoraga. «El reto es que los que han visto cultura en casa estos meses vayan a los espacios culturales y paguen por ello. Hay que hacer pedagogía para el que piensa que todo es gratis». Precisamente, sobre la cultura digital todos los actores de la jornada coinciden: «Ha llegado para quedarse». «No se debe tener miedo, porque no sustituye a la experiencia en vivo», aclaró la secretaria autonómica.

Tamarit quiso hacer alusión a un público en concreto: el infantil y juvenil que, según dijo, ha caído en un 80 % desde el inicio de la pandemia. «Me preocupa porque ese público no irá de la mano de sus padres al teatro o al museo. Muchos no tendrán la oportunidad de ir si no es con el colegio».

A lo largo de la jornadas, los protagonistas del sector cultural también mostraron sus preocupaciones. Así, Joan Feliu, codirector de Marte Fira d’Art Contemporani de Castelló, habló de las dificultades de adaptar su contenido al formato digital y pidió la puesta en marcha de un circuito de arte contemporáneo, así como las ayudas para la producción de obras, no solo de exposiciones. En cuanto al sector de las artes escénicas, Jerónimo Cornelles, director del festival Russafa Escènica, recordó que la pasada edición contaron con 2.000 espectadores frente a los 10.000 de 2019. El sector editorial, encarnado por Luci Romero de la librería Bartleby , recordó que durante la pandemia sintieron el respaldo de los lectores «sobre todo en las librerías de barrio».

Por su parte, el conseller Vicent Marzà destacó que «alentamos a todas las administraciones a continuar programando cultura. Para nosotros es un bien esencial para el conjunto de la ciudadanía».

4 millones en ayudas

La secretaria autonómica de Cultura, Raquel Tamarit, aseguró ayer que «las ayudas no van a hacer rico a nadie», dijo en alusión a las subvenciones que el sector cultural pueda recibir de manera extraordinaria para suavizar los efectos de la crisis a raíz de la pandemia. «Permiten unos primeros auxilios muy reducidos». Pese a eso, Tamarit anunció que para 2021 la Conselleria de Cultura mantendrá los cuatro millones de euros extraordinarios que ya se anunciaron en 2020 para reforzar al sector frente a los efectos de la covid. Así, para 2021 Cultura llega a cerca de 144 millones de euros en su presupuesto, una subida que supone cerca del 10 % respecto a 2020.

En cuanto a las ayudas, Jerónimo Cornelles, director de Russafa Escènica pidió que la subvenciones sean bianuales porque «para los festivales es muy complicado volver a empezar desde el principio cada año». Y Sergi Almiñana, desde Music Pro CV, se preguntó «cómo van a llegarnos las ayudas europeas. Llevamos años pidiendo que se estructure en la administración departamentos técnicos que nos ayuden acceder a ellas. Ahora sería el mejor momento para ello. Podrían ser un suplemento muy importante». Según Almiñana, «son incentivos para que los proyectos puedan continuar. Tenemos los mismos gastos pero menos ingresos. El turismo ya se ha sentado con la administración. Ahora tenemos que poner nuestros problemas encima de la mesa porque van a pasar los meses en una situación muy difícil», concluyó.