El fin del silencio sobre el acoso y el abuso sexual que sufren las mujeres ha tenido un eco ensordecedor en el mundo de la cultura. Tanto, que el ‘Me too’ (‘Yo también’) no solo ha tenido su efecto en las instituciones que gestionan auditorios y teatros, sino también en la narrativa de las piezas culturales. Ahora, las mujeres -y su realidad- ocupan el argumento de series, películas y obras de teatro.

Fue en octubre de 2017 cuando The New York Times publicó las primeras historias que acusaban al productor Harvey Weinstein de delitos sexuales. Dos años después, la onda expansiva llegó hasta la Comunitat Valenciana. Una veintena de mujeres acusaban al tenor Plácido Domingo, director del Centre de Perfeccionament de Les Arts, de acoso sexual. La investigación de la Ópera de Los Ángeles a su exdirector concluyó que las acusaciones eran creíbles. Varias decenas de mujeres llegaron a manifestarse a las puertas del coliseo ante la inminente llegada de Domingo para representar la ópera Nabucco. Pese a que el tenor fue ovacionado por el público de Les Arts tras la representación, la dirección del auditorio tuvo que eliminar el nombre del tenor tanto de su Centre de Perfeccionament como de su organigrama. Un gesto que celebraron los colectivos feministas valencianos.

Plácido Domingo en Les Arts durante la ovación de 'Nabucco'. Miguel Lorenzo

El último templo de la cultura que se ha visto sacudido por el ‘Me too’ ha sido el Institut de Teatre de Barcelona, donde varias alumnas han acusado de abuso sexual y de poder a algunos profesores del centro, entre ellos, el director teatral Joan Ollé, habitual en la programación del Liceu, el Grec o el Lliure. La oleada de protestas ha supuesto el despido de Ollé y la dimisión de la directora del centro, Magda Puyo.

El cine español también ha vivido su propio ‘Me too’. Seis mujeres denunciaron públicamente al director Luis María Ferrández hace tan solo un mes.

El sector de la música no ha sido una excepción. El último en ser señalado públicamente ha sido el cantante Marilyn Manson, entre otras, por la protagonista de la serie «Westworld», Evan Rachel Wood, y por una actriz de «Juego de tronos».

Ellas han roto el hielo. Por fin, las mujeres se ven con más fuerza y posición para hablar de los abusos que el sistema puede infligir hacia ellas. Ahora, las instituciones se ven obligadas a respetar protocolos de igualdad de género y los programadores al fin quieren escuchar otros discursos que ponen en el centro la verdadera perspectiva del que era, hasta hace poco, un ser extraño, la mujer.

Ante este panorama, no es de extrañar que el fin de la autocensura de las profesionales haya saltado a la gran pantalla y haya planteado otros temas, como la violencia sexual, la desigualdad laboral, la violencia machista o el envejecimiento de las mujeres.

Escena de la película 'The Assistant'.

Por poner un ejemplo, en el cine, el caso Weinstein inspiró la película The Assistant (2019), sobre el abuso y la degradación de la mujer en el entorno laboral.

Esta influencia también se ha visto en las plataformas de streaming, con «Nevenka», serie documental de Netflix sobre la primera mujer española que se atrevió a denunciar a un cargo político por abuso, o «May I Destroy You», de HBO, sobre el trauma sexual.

Más cerca de casa, un ejemplo claro del cambio de rumbo creativo liderado por las mujeres es la compañía valenciana Unaovarias, con piezas teatrales como «Habla coño habla», sobre la desigualdad de género y otros tabús, como la menstruación. Mañana estrenan una nueva obra en la sala Carme Teatre sobre la sexualidad femenina.

Escena de la obra 'Habla coño habla', de la compañía Unaovarias.

En lo que respecta a la música, hay más presencia de la mujer en los escenarios, con bandas más heterogéneas en cuanto a género (Xavi Sarrià i el Cor de la Fera, Mafalda) e incluso grupos exclusivamente femeninos: Lisasinson (pop), Maluks (urbana) o Júlia (indie).