Un 'arca ferrata' romana del siglo IV d.C., una especie de caja fuerte para guardar joyas y objetos preciosos, ha sido recuperada en la Casa del Mitreo durante unas excavaciones, en lo que es uno de los objetos "más excepcionales" localizados en los últimos años en la ciudad debido a su singularidad y estado de conservación. Según informa a Efe el Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, la antigua Emérita Augusta, los restos de este mueble se localizaron en 1994 durante una campaña de excavaciones arqueológicas en esta vivienda, concretamente en una de las habitaciones del edificio, que ese siglo sufrió un incendio.

En aquel momento se optó por dejar en el lugar del hallazgo estos vestigios y se hizo una labor de consolidación a fin de que no se degradaran. Será a partir de 2017, con motivo del proyecto integral de restauración y consolidación de la Casa del Mitreo, acometido por el consorcio, cuando se procedió a retomar tanto la excavación completa y definitiva de esta sala como la consolidación de los elementos, pinturas y estucos que permanecían in situ. Asimismo, se delimitaron de una manera definitiva los objetos y muebles, y se resolvió la intervención para la extracción, restauración y consolidación del 'arca ferrata'.

Interior de la "caja fuerte" de 1.700 años de antigüedad efe

Se trata de un mueble de madera, hierro y bronce, una especie de baúl que servía para almacenar objetos, vestimentas y, sobre todo, caudales, joyas y otros objetos preciosos. Estas cajas se colocaban en la sala de recepción donde el dueño de la vivienda recibía a sus visitantes y, para evitar su robo, se anclaban a la pared o bien al suelo mediante clavos o vástagos de hierro. Suelen ser muebles profusamente decorados con elementos metálicos de los que se conocen muy pocos en todo el Imperio Romano, únicamente cuatro o cinco, y casi todos ellos en Pompeya. Se trata de las cajas fuertes de Oplontis, Pompeya (casa de Lucius Crassius Tertius y la Villa B o casa de los Vetii), y Zaragoza.

En este caso, el hallazgo de la caja fuerte constituye uno de los objetos "más excepcionales" localizados y documentados en los últimos años en el panorama arqueológico local, no solo por su estado de conservación (desmontada aunque completa), sino por la singularidad de estos objetos en el contexto no sólo emeritense sino del Imperio. Esta pieza ocupa una extensión, debido a su deformación provocada por el incendio, de tres por un metro y medio.

Las restauradoras y el equipo de Conservación del Consorcio han conseguido, mediante la técnica del "bloque", consolidar sus restos para evitar la oxidación de los metales y el deterioro de las zonas carbonizadas por el incendio del siglo IV d.C. Por último, se ha levantado con una parrilla para su conservación y traslado al Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE) del Ministerio de Cultura y Deporte, una prestigiosa institución pública que será la encargada de su estudio completo para su restauración, recuperación y disfrute público.

Interior de la "caja fuerte" de 1.700 años de antigüedad