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Ancor, tras ganar Maestros de la Costura: "Ha sido horrible no poder compartir mi triunfo"

El ganador de la cuarta edición del talent show sueña con poder abrir un atelier propio

Ancor, ganador de Maestros de la costura

Maestros de la costura, relata Ancor, se grabó «hace meses». Desde entonces el valenciano ha tenido que «hacer mutis» para no desvelar qué iba pasando en cada una de las entregas del programa. «Lo tenía totalmente prohibido», afirma. El lunes por la noche, el ganador, vio la final en Madrid conectado por videollamada con su mujer e hija que veían el concurso desde su domicilio en l’Eliana. Ayer, por fin, Ancor pudo empezar a disfrutar de su éxito en Maestros de la Costura 4. «Estoy tan, tan feliz, y emocionado que aún no me lo creo», suspira. «Acaba de empezar el día y ya es uno de los más bonitos de mi vida», lanza con una emoción que llega a traspasar el teléfono. El programa ya le ha reportado su primer contrato con una firma de zapatos de Elda.

De primer repescado a ganador del concurso. Las segundas oportunidades existen. 

Claro, totalmente. Lo mio sirve para decir que, si te esfuerzas y disfrutas de ello, todo se puede conseguir. Nunca tuve como objetivo llegar y luchar por la final, nunca, yo fui al concurso a disfrutar de cada una de las pruebas porque para mí era una oportunidad de aprender teniendo un jurado que, cada cosa que decían era oro y toda una enseñanza. Y yo siempre estaba atento para ponerlo en práctica.

No se equivocó Caprile cuando dijo de usted que era un «mini Yves Saint Laurent».

Bueno, esto me da mucha vergüenza.

¿Abruma recibir tantas loas y alabanzas por parte de los ‘maestros’?

Bueno, creo que me lo decían porque ponía mucho empeño y cariño en lo que hacía y siempre estaba abierto a aprender. Yo simplemente quería disfrutar.

Ha repetido ya en varias ocasiones la palabra aprender.  

Es que es algo que me apasiona, ahora no veo ya la hora de empezar el curso del premio y formarme del todo y, teniendo el conocimiento necesario, poder cumplir mi sueño de tener un atelier. ¡Ojalá lo consiga y me vaya de maravilla!.

¿En València o en Madrid?

Eso ya lo estudiaré. Con este concurso lo único que tengo claro es que hay que dejarse llevar. Yo, que el destino me guie. De momento solo me interesa formarme y aprender. 

Ganar estaba también premiado con hacer un curso de diseño de moda en la Universidad Politécnica de Madrid. ¿Le obligará eso a cambiar mucho su vida?

Eso me obligará a dar un giro y un cambio brusco a mi vida, casi te diría que dramático. Mi vida va a ser distinta. En L’Eliana vivía supertranquilo y estaba a tres minutos andando de mi casa al trabajo y en Madrid no creo que me pase eso. Nos trasladamos los tres. Ellos me apoyan y mi mujer tiene claro que mi futuro está aquí.

¿Los 50.000 euros ya tienen destino?

Por lo pronto ahorrralos y ya veremos en qué los invertiremos.

Usted es licenciado en Bellas Artes y profesor de pintura, ¿qué le llevó a presentarse al concurso?

Siempre me han gustado y llamado las artes. En las películas me apasiona la fotografía, el vestuario, el maquillaje, la peluquería... eso me deja boquiabierto. Me gusta la elegancia y cuando veo películas así se me cae la baba. Siempre tuve claro que iba a estudiar Bellas artes y mi trabajo final de carrera, en el Politécnico de València, fue pintar mujeres de diferentes estilos pictóricos. Yo era un estudioso de las mujeres fatales y utilicé a mi mujer para eso. Me di cuenta de que me fallaba el vestuario y me planteé que al acabar iba a estudiar moda. Le pedí a mi abuela su máquina de coser, que era a pedales, y uní trapos para experimentar. Luego me fui a Inglaterra y allí me dediqué a coleccionar ropa vintage que, al volver a València me traje en tres cajas de 30 kilos de ropa y un montón de complementos. Yo la ropa la analizo para ver cómo se consiguen determinadas formas para que siente de una manera, estudio cómo están hechos los bajos, los rellenos, el entretelado... este proceso me parece precioso. 

Un autodidacta total.

En la moda sí.

Le gusta todo menos el trap.

No es que no me gusta sino que tengo de ello un desconocimiento total. Es como si haces pellas en una asignatura, algo que yo nunca he hecho, y el día que vuelves hay control sorpresa.

Es tan tranquilo y seguro como demostró en la final.

Para nada, por dentro estaba gritando. En el Rocío me dio tal agobio que al presentar la prenda me dio un síncope y me desplomé. Soy como una olla expréss. Por dentro me estoy conteniendo los nervios para poder manejar las manos y los dedos para poder ejecutar toda la obra hasta que luego exploto. En costura, si te alteras has perdido el tiempo.

El traje con el que ganó era una auténtica maravilla.

Lo que agradezco de cada prueba es el poder hacer eso, el experimentar y disfrutar.

Se grabó hace tiempo, ¿cómo has vivido el programa siendo el ganador desde el anonimato?

Lo he revivido todo y ha sido precioso. En este tiempo he aprendido a mentir porque cuando volví a L’Eliana ya había ganado y no podía contar ni que había estado en el programa. Yo decía que había estado estudiando en Madrid. estaba hasta de mal humor y sin ganas de ver a nadie para no mentir. Fue un horror. Cuando empezó el programa me liberé un poco y hoy estoy en Madrid. Tengo ganas de volver. ¡Me han dicho que han colgado pancartas en las calles!.

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