La crisis del coronavirus ha puesto en jaque el sector de la cultura. Pero más allá de las pérdidas millonarias de la industria, la pandemia ha evidenciado la «debilidad» estructural sobre la que operan las empresas del sector, basada en la «precariedad» y en la «temporalidad» de sus trabajadores. Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado el Anuario Cultural Valenciano, que ha hecho un repaso del estado del sector en la Comunitat Valenciana, muy tocado por el coronavirus. La publicación, que estará a disposición del público próximamente, se presentó ayer en Las Naves con la presencia de Maite Ibáñez, regidora de Acció Cultural en el ayuntamiento, y Carlos Galiana, regidor de Innovación.

«El sector vivía en una situación muy particular que se ha agravado por la crisis de la Covid-19. La precariedad de la estructura sobre la que se sostiene la cultura ha llegado a un extremo muy grave», explicó ayer el responsable de los contenidos del Anuario, José Manuel Rambla, que presentó la publicación junto a Tomás Gorría. De hecho, según se extrae de la publicación coeditada por la Institució Alfons el Magnànim y Eina Cultural, la pandemia ha destruido en un año 14.000 puestos de trabajo en el sector de la cultura en la Comunitat Valenciana.

«La región comenzó 2020 con unos datos muy buenos en cuanto a ocupación. En concreto, durante el primer trimestre del año había 74.000 puestos de trabajo en el sector. Esta cifra cayó hasta los 60.000 casi 12 meses después. Esta caída es tres veces superior a la que se dio el año anterior, en 2019, por las mismas fechas», explicó. «Veníamos de una etapa de cierta recuperación, pero la crisis ha podido con la estructura». De hecho, según los datos del Anuario, solo el 22,2 % de las empresas valencianas tienen algún trabajador asalariado en sus plantillas. El resto, el 77,8 %, operan con trabajadores autónomos o sin contrato.

El Teatro Talía durante los premios AVETID.

La pandemia no ha discriminado en cuanto a disciplinas. «No podemos valorar a todos los sectores de la cultura por igual. Por una lado, las artes escénicas ya estaban sumergidas en su propia crisis, mientras que el videojuego es un apartado pujante en la actualidad».

El número de empresas culturales se mantuvo en algunos sectores como el audiovisual, gracias a la reapertura de la televisión pública valenciana.

Pérdida de público

Otro de los datos que llama la atención es el consumo de cultura en la Comunitat Valenciana. Según la Encuesta de Presupuestos familiares del INE, los hogares valencianos gastaron 711 euros de media en productos culturales en 2019. Por persona, esta cantidad se situaba en 288 euros.

Sin embargo, la pandemia lo ha cambiado todo. La afluencia a teatros, salas de conciertos o museos ha bajado considerablemente. Las restricciones sanitarias han obligado a rebajar el aforo de estas instalaciones. Aunque en 2019, las encuestas ya notificaron que, por ejemplo, el 41,3% de los valencianos no acudía al teatro por falta de interés. Según el Anuario, el Teatro Principal ha perdido más de 12.200 espectadores a causa de la pandemia; el Rialto, más de 10.000; el Teatro Arniches de Alicante, más de 3.000; y el de Castelló, más de 4.000.

Una de las salas del Museo de Bellas Artes de València.

En los museos ha ocurrido lo mismo si tenemos en cuenta los datos de afluencia de 2019. Según los datos del Anuario, los asistentes del Centre del Carme han bajado un 52,8 % en 2020; en el Museo de Bellas Artes, casi un 63 %; y en el IVAM más de un 50 %. «Nunca antes la vida se había parado tanto. Estas cifras sirven para ver el impacto del virus en la vida cultural», explicó el coordinador.