Un icono del diseño no es solo un producto o una imagen. Lo son también los profesionales, los nombres propios. Es el caso de Mario Ruiz y Point, el tándem -ambos Premios Nacionales- que está detrás de la segunda lámina de la colección «Iconos del diseño valenciano. Del 1930 al 2022», que Levante-EMV entrega hoy en colaboración con València Capital Mundial del Diseño y el Arxiu Valencià del Disseny.

Ruiz, uno de los diseñadores valencianos con más renombre internacional, firma la colección Origin para Point, empresa cuyo origen se remonta a 1920 en Gata de Gorgos y referente internacional en mobiliario exterior con presencia en los cinco continentes. En la compañía lo tienen claro: «El trabajo de Mario Ruiz va a ser uno de nuestros iconos», vaticina Vicente Pons, director comercial de Point. El resultado de esta colaboración podrá verse en España el próximo otoño, aunque los lectores ya pueden saborear un adelanto con la lámina de hoy. La colección Origin está formada por mesas, sillas, tumbonas o sofás, que buscan «lo esencial, la simplicidad», explica Ruiz.

Mario Ruiz busca el origen para Point Begoña Jorques. València

El diseñador valenciano señala que no solo se ha encargado de desarrollar esta colección, sino que su cargo de director y asesor creativo de Point le permite «resolver necesidades» de la empresa, así como dar una visión «más completa, imprimir el ADN de la empresa». «Origin -explica el Premio Nacional de Diseño- intenta dar respuestas a entornos esenciales, funcionalidad. Parece sencilla y su intención es que no tenga una imagen llamativa, pero la sencillez es lo más difícil de conseguir. Añadir es fácil, pero hay que conseguir que las cosas funcionen, que tengan un precio justo y cumplan con los objetivos del usuario, empresa y diseñador», sostiene Ruiz.

Mario Ruiz busca el origen para Point

Para eso, Ruiz trabaja minuciosamente el proyecto. «Empresas como Point dan libertad en cuanto a creación, pero a mí me gusta que me ‘limiten’: saber qué tiene el proyecto, a dónde va. Cuando me ‘limitan’ sé qué dirección tomar para cumplir con los objetivos del proyecto y lograr un producto que perdure en el tiempo. Esas cuestiones has de intentar pensarlas desde el inicio», asegura. No obstante, explica que en el trabajo con Point el diseñador puede «proponer, reorientar o sugerir. No es un encargo cerrado, sino de inicio, un camino», añade. Y va más allá: «Los buenos proyectos no salen de un encargo o una buena idea, sino de la buena relación con el cliente. Eso permite que el encargo crezca de manera exponencial. No es cuestión de un buen creativo o buen cliente, sino la suma de los dos». En esa línea, Pons respalda las palabras de Ruiz: «Trabajar con Mario es fácil, porque se involucra hasta el milímetro».

Mario Ruiz busca el origen para Point

Respecto a los plazos que necesita para crear, explica que esa minuciosidad de detalles que precisa le ahorra tiempo y le «evita errores y así es más fácil acertar». Dice que es rápido, pero que no puede trabajar solo con un resumen del encargo. «Necesito una reunión con el cliente, ver cómo cuenta el proyecto. Escucho mucho al cliente. Ahí es donde me crezco porque sé cómo ir resolviendo situaciones. Normalmente tras una reunión tengo más del 70 % del proyecto terminado». Y para Ruiz todos los objetivos de un producto son importantes: estético, comercial, que tenga el ADN de la empresa. «Si no, el proyecto está cojo y antes o después hará aguas: no se venderá, tendrá precio inadecuado o la empresa no estará orgullosa». «Nosotros -añade Pons- marcamos las necesidades, el material y el target de precios de los productos. Hay que buscar un equilibrio entre creatividad y el aspecto comercial», explica el responsable comercial de Point.

Pons defiende también el sello de la empresa familiar, que ya ha soplado sus 100 velas. «Mantener el sello de la empresa se consigue con el comité de diseño, que marca los criterios de respeto a la marca. Hay veces que hemos hecho locuras, pero al final vuelves a lo que eres y a tener coherencia con tu marca. Ese sello lo mantenemos los propietarios ya que es una empresa familiar, que ya va por la cuarta generación. Ese criterio pesa bastante. Nos marcamos un mix de innovación, diseño y artesanía y nos ha salido bien», dice satisfecho Pons.

Y aunque Pons tiene muy claro que Origin será un icono del diseño, Ruiz asegura que no tiene la fórmula. «Un icono es algo especial, único para alguien. Es algo que sobresale a mucha gente. Crear un icono es muy difícil porque es como plantearse hacer un producto perfecto. Hay que conseguir que sea icónico para ti, para la empresa, el sector y que todo el mundo lo reconozca como tal. Eso no se consigue desde cero, sino que toma toda la vida del producto. Y para eso hay que ser honesto con el proyecto», sostiene.