Una de las imágenes más vistas por todos los valencianos es quizás aquella que celebra el 9 d’Octubre. Una imagen en la que, cómo no, el 9 es el rey. Este número es precisamente el protagonista de la lámina que Levante-EMV entrega hoy -como cada viernes-, en colaboración con València Capital Mundial del Diseño y el Arxiu Valencià del Disseny y que forma parte de la colección «Iconos del diseño valenciano. Del 1930 al 2022».

Se trata de la imagen institucional que crearon a cuatro manos Mar Hernández -«Malota»- y Jordi Ferrándiz -«Bestiola»- para la fiesta de 2017. Ambos creadores elaboraron la imagen «a partir de un briefing que nos trasladó la Generalitat y en el que a grandes rasgos se nos pedía que el número 9 fuera el protagonista. Por otro lado, se nos comunicó la necesidad de que, a parte del cartel para la Generalitat, debían existir tres carteles más que representaran a las tres provincias que conforman la Comunitat Valenciana», recuerdan los dos creativos. «El reto fue entonces plantear cuatro propuestas para los carteles institucionales que, a pesar de ser diferentes, debían verse y entenderse como parte de la misma imagen institucional del 9 d’Octubre».

Por ello, señalan que «cuando comenzamos a trabajar pensamos que una de las cuestiones que nos podría ayudar a unificar las propuestas era el color y fue así como decidimos trabajar con una gama reducida de colores, concretamente los colores de la senyera: azul, rojo y amarillo». Luego cada uno de los carteles presenta un número nueve de grandes dimensiones, colocado en la parte central tanto del cartel como de otros soportes comunicativos. Estos nueves tienen en su interior una serie de elementos, dibujados, propios de la provincia a la que representan. Así, el cartel de la Generalitat tiene elementos de todas las provincias. «Comenzamos haciendo una selección de elementos que relacionados con el paisaje de cada zona, las montañas en Castelló o las palmeras de Alicante, luego, a petición del cliente, introdujimos elementos arquitectónicos de determinadas zonas como son las barracas o el Fadrí de Castelló», dicen. «En un primer momento no incluimos la senyera en los diseños porque pensamos que la elección de los colores era una manera también de incluirla pero finalmente siguiendo directrices del cliente la incluimos en toda la comunicación».

La imagen de los diseñadores para el 9 d'Octubre.

La imagen de los diseñadores para el 9 d'Octubre.

Imagen inclusiva

La intención de esta pareja de diseñadores era plantear una imagen que fuera «lo más inclusiva posible, por eso tratamos de representar cada territorio de la mejor manera posible. Siempre tuvimos en mente que debía ser una imagen sobria, que transmitiera la solemnidad de la conmemoración, porque se trata de una imagen institucional para un día muy importante. Por otro lado, pensamos que debía ser una imagen luminosa, de colores alegres porque se trata también de una gran celebración», sostienen.

Trabajar con una institución pública, en este caso con la Generalitat, no parece muy diferente a hacerlo con un cliente privado: una reunión previa, la entrega del documento con las necesidades y turno de preguntas. «Una vez en el estudio hicimos una revisión exhaustiva del material que teníamos para trabajar y nos pusimos a pensar. Normalmente invertimos mucho más tiempo pensando que dibujando o diseñando las propuestas. Este es un momento muy importante del proceso, es el momento en el que se deciden muchas cosas y se sientan las bases para que luego se puedan desarrollar las propuestas de la mejor manera», señalan los diseñadores.

Trabajo para 'The New York Times' con una mirada feminista.

Con todo este trabajo de base y la definición de unas cuantas premisas se pusieron a trabajar en diferentes propuestas gráficas. De la parte ilustrada se encargó Mar y de la parte de diseño se encargó Jordi, pero en todo momento hubo feedback y diálogo a la hora de tomar decisiones.

Para ellos, trabajar a cuatro manos resulta «enriquecedor»: «Nos complementamos bien y nos ayudamos el uno al otro, cuando somos dos es más fácil debatir las ideas, ver otros puntos de vista, surgen soluciones y propuestas que no saldrían de ser uno solo». Y, claro, se descartan muchas ideas. En este caso, presentaron finalmente dos y la Generalitat escogió una de ellas. «Nos gusta que el cliente pueda elegir y que forme parte del proceso», pero «siempre mostramos a los clientes propuestas de las que estamos totalmente convencidos».

Para «Malota» y «Bestiola» conseguir un proyecto con una institución pública resulta «interesante» porque «puedes llegar a tener mucha exposición. Es una responsabilidad grande a veces, como fue este caso». «Esa presión estuvo ahí en todo momento, formó parte del encargo».

Uno de los diseños para la ciudad de València.

Uno de los diseños para la ciudad de València.

2022, un «Big Bang»

Respecto a València como Capital Mundial del Diseño para 2022, ambos «sabemos que se está haciendo un esfuerzo titánico por parte de la organización y personalmente esperamos que sea una especie de Big Bang, el gran comienzo de una mayor sensibilización por parte de la sociedad, las instituciones y las empresas acerca de la importancia del diseño. También esperamos que esta percepción se vaya consolidando, desarrollando y materializando más allá de 2022», concluyen.