«No hay nada en la tele actual como ‘The girlfriend experience’», dice la alemana Anja Marquardt, capitana de la tercera entrega de una serie, así es, sin igual. Era difícil imaginar que de una pequeña película independiente sobre la prostitución y sus paralelismos con el capitalismo podría nacer una franquicia. Pero así es: el director Steven Soderbergh convenció a Starz para convertir su filme en serie de equipo y trama cambiantes, pero siempre con la intimidad profesional como punto de partida. En la excelsa primera temporada, Amy Seimetz («She dies tomorrow») y Lodge Kerrigan («Keane») escribieron el guion juntos para después irse alternando en labores de dirección y montaje. Para la segunda, el otrora tándem prefirió trabajar por separado y los resultados fueron algo inferiores. «The girlfriend experience» parece recuperar brillo en su tercera temporada (Starzplay), en la que, por recomendación de Seimetz, Soderbergh da la alternativa a Marquardt, conocida sobre todo por su película sobre sustitución sexual –que no prostitución– ‘She’s lost control’. Aquella película había nacido, de hecho, bajo la influencia de «The girlfriend experience»: en ambas se observan los dilemas del sexo transaccional. «Es curioso, pero dos de las películas que más me influyeron al rodarla fueron la película de Soderbergh y también ‘Claire Dolan’, de Lodge Kerrigan, después encargado de la serie», nos explica por videollamada. «Es misterioso cómo pasan estas cosas y nunca dejaré de estar agradecida a Amy Seimetz por incluirme en una lista de candidatos sin que yo supiera nada».

La colaboración con Soderbergh

Si creen que el siempre ocupado Soderbergh (reciente coproductor de la gala de los Oscar) se ha limitado a poner su nombre en los créditos, se equivocan. Según explica Marquardt, todo y que el creador tiene libertad, la colaboración con el productor es estrecha: «Hubo una fase de ‘pitching’ en la que nos dedicamos a establecer el mundo, a consolidar las ideas. Una vez todos estamos de acuerdo, el diálogo no acaba. Steven y [el productor ejecutivo] Philip [Fleishman] son los primeros en leer los guiones. Steven es el primero en ver cada montaje y ofrecer ‘feedback’. Pero siempre desde el respeto, desde la plena confianza. Tuve mucha libertad para explorar». Cuando recibió la propuesta, Marquardt trabajaba en varias películas en los terrenos de la tecnología y la ciencia ficción. «Sobre todo, estaba concentrada en la exploración de mis propios miedos sobre la tecnología. Creía que había un modo de aplicar ese interés al marco de la serie. La progresión de mis proyectos de cine a esta serie fue muy natural. Me quería centrar en el control que ejerce la tecnología sobre nuestras interacciones y plantearme qué pasaría si una compañía se planteara llevar este monitoreo un poco más allá».

Compañía de deseos humanos

En la serie, Julia Goldani Telles (Whitney en «The affair») encarna a Iris, estudiante de neurociencia que se traslada a Londres para trabajar en NGM, startup tecnológica centrada en el comportamiento humano y el análisis predictivo; una ‘compañía de deseos humanos’ que parece estar reuniendo datos para crear las apps que nos den la felicidad. De noche, bajo el alias de Cassie, se convierte en escort de lujo para extraer datos conductuales que después pueda usar en el mundo de la tecnología. «Todo ello tiene consecuencias inesperadas, como podréis ver en la recta final de la serie. De eso no puedo contar nada», explica Marquardt entre risas.

Marquardt siempre tuvo a esa actriz en su mente: «Su trabajo en ‘The affair’ me impactó y conmovió», explica. «Después, ella me inspiró. Cuando estaba escribiendo los guiones ya estaba confirmada como protagonista. Puedo decir que escribí la serie para Julia. Con la ilusión de verla trascender los papeles secundarios y dejarla ocuparse de sostener una serie completa».