El talento valenciano no entiende de fronteras y llega a los auditorios más laureados de España y del resto del mundo. En lo más inmediato, el compositor valenciano Carlos Pellicer estrena el próximo domingo en el Teatro Real su obra Re-flect, una composición para cuatro percusionistas «en el que el factor acústico y espacial resulta muy importante», explica el propio Pellicer. «El título de la obra es la clave para entender estos aspectos y también cómo se nutre la mayor parte del discurso musical. Re-flect significa reflexión, y en este sentido la obra esta construida a partir de un eje de simetría sobre el cual los dos primeros percusionistas reflejan sobre el tercero y el cuarto respectivamente en cuanto a ritmos y sonidos. También, tomando como referencia el título, es muy evidente la importancia de el único sonido afinado de toda la obra: la nota Re», añade.

Función de la ópera «Falstaff», con decorado de Neoescenografía, en el Teatro Real.

Los cuatro percusionistas encargados de realizar el estreno son Esaú Borredá, Raúl Benavent, José Luis González y Gregorio Gómez. «Cuatro de los mejores músicos en su especialidad habituados a tocar con las mejores orquestas y agrupaciones de nuestro país. Fuerza, sutileza y talento para un estreno que no dejará al público indiferente», avanza el compositor.

Pero no solo de música viven los teatros líricos. Sin una imagen potente la música se queda coja. La empresa valenciana Neoescenografía es quizás la más importante en España y Europa en su sector. Su gerente y propietario, Albert Albiñana, explica a Levante-EMV que «somos los constructores» de las óperas, zarzuelas u obras de teatro que han estado en los mejores auditorios españoles y europeos. Suyas, bajo las ideas de los escenógrafos, son grandes producciones del Teatro Real como «Falstaff» o «Norma», que se estrenó el pasado mes de marzo en el coliseo madrileño que acaba de recibir el premio a la mejor compañía de ópera en los International Opera Awards, catalogados como los Oscar de la lírica. Lamenta Albiñana, sin embargo, que en su tierra se ha visto poca obra de su firma con sede en Massanassa. Aunque cita producciones como «Poder i santedat», que se pudo ver en el Teatro Principal en octubre. «Pero me encantaría trabajar más en València», reivindica.

En la empresa valenciana trabajan cerca de 30 personas, la mayoría del campo de las Bellas Artes, pintores o escultores, y también cuentan con carpinteros o herreros que hacen de sus escenografías las más deseadas del sector. «Nuestro trabajo destaca por la calidad de los acabados». Y eso de «no hay papel pequeños» parece que también se cumple en el caso de la escenografía. Aunque asegura que lo que más les gusta es la ópera o la zarzuela -«porque es donde más te puedes lucir»-, explica que «hay obras de teatros más pequeñas que luego las ves y son espectaculares».