La Comunitat Valenciana cerró el último trimestre de 2020 con la destrucción de 14.000 puestos de trabajo en el sector cultural, más de tres veces la reducción registrada el año anterior, ya que las empresas, en su mayoría microempresas y autónomos con estructuras débiles, no pudieron aguantar el revés de la pandemia. Así lo recoge el Anuari Cultural Valencià 2020, una publicación coeditada por la Institució Alfons el Magnánim y Eina Cultural que se presentará el 1 de junio en La Beneficència y en la que se analiza el impacto de la pandemia de coronavirus en la realidad cultural valenciana y los retos del sector.

El periodista José Manuel Rambla ha coordinado esta obra, en cuya elaboración han participado más de cuarenta especialistas del periodismo cultural, las universidades y la gestión cultural, donde se expone el virus llegó en un momento en que las empresas del sector habían aumentado un 19 % en cinco años y en el primer trimestre de 2020 daban empleo a 74.000 personas.

Inversión en Cultura per cápita

No obstante, alerta de que la "vieja normalidad" en la cultura valenciana no era "tan luminosa como parecía", con un gasto autonómico en cultura no superaba los 24 euros por habitante, más de 4 euros por debajo de la media española.

Por lo que respecta a las prácticas culturales de los valencianos, el anuario refleja que el cierre de teatros en el confinamiento no provocó "ninguna alteración al 50 % de la población", porque nunca iba al teatro antes, mientras que el 69 % vivía al margen de los conciertos de música clásica, el 72% no asistía a espectáculos de danza y más de un 80% no visitaba exposiciones.

Asimismo, se indica que, cuando todavía no se había superado el grave impacto de la crisis financiera del 2008 y las políticas de austeridad que la siguieron, la covid-19 ha supuesto "un gran golpe para las organizaciones y agentes culturales valencianos".

Según el anuario, la crisis del coronavirus ha mostrado la necesidad de asumir el reto de transformación estructural de la cultura en la Comunitat Valenciana, donde "la precariedad y fragilidad estructural del ecosistema cultural es un hecho incontestable", a través de medidas como el asociacionismo y la vertebración del sector.

También se explica que el sector del libro "ha aguantado con bastante dignidad los envites del virus" en un ejercicio que ha sido "dificilísimo", mientras que en la música ha pinchado la "burbuja" de los festivales y las galerías de arte han perdido cada mes entre 1.900 y 25.000 euros a consecuencia de los cierres por la pandemia.

Un sector para el que la pandemia ha sido un buen año es el de los videojuegos, donde el empleo podría crecer un 22 %, pasando de 610 trabajadores a 1.300, mientras que se apunta que los museos, caracterizados por una falta de incidencia digital, tendrán que cambiar de paradigma en su comunicación.