Josep Renau quiso legar toda su obra «al pueblo valenciano», pero acabó en una fundación que ahora preside el activista y editor Eliseu Climent. La Fundació Josep Renau cedió de «manera indefinida» al IVAM más de 400 obras y 26.000 piezas documentales a través de un convenio en 1989, el año de la inauguración del museo. Sin embargo, desde hace años Climent intenta cobrar cuatro millones al IVAM por el legado, bajo el amago de llevarse toda la donación al Museo Reina Sofía en Madrid.

Climent pretende cobrar ese precio como el paso definitivo para que el legado de Renau forme parte de la colección del IVAM para que el museo público valenciano se convierta definitivamente en propietario de toda la obra del artista. Unas intenciones que coinciden con el indisimulado desencuentro que mantiene el editor con los responsables del Consell, a los que censura una falta de comunicación fluida, señalando tanto al presidente Ximo Puig, como al conseller Vicent Marzà.

La directora Nuria Enguita reconoció ayer que la Fundació Renau no había puesto ninguna traba a la exposición de las más de doscientas obras procedentes en su mayoría de los fondos de la Fundación Josep Renau que muestra el IVAM, y recalcó que es «un extraordinario depósito de su obra y de su archivo y biblioteca personal depositado en el museo».

El IVAM no solo se ha convertido en destino obligado para la investigación de Josep Renau en la historia del arte, sino que ha catalogado, restaurado y conservado todo el legado del artista valenciano, y por tanto lo ha revalorizado.