Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La gran debacle de la música en vivo

Los promotores detectan en 2021 un descenso en la venta de entradas y culpan a las normas impuestas por Sanidad

El público llena el recinto de la Ciutat de les Ciències durante un concierto del Festival de Les Arts en el año 2019. | MAO

La debacle de la música en directo causada por el coronavirus en la Comunitat Valenciana ha sido monumental. Así lo demuestran los datos recogidos por la Asociación de Promotores Musicales con la SGAE en su anuario, donde se refleja que en 2020 la facturación de los eventos musicales apenas alcanzó en Valencia, Alicante y Castelló los 10,3 millones de euros, 48,6 millones menos de lo facturado el año anterior (58,9 millones de euros). El descenso, por lo tanto, ronda el 82,5 por ciento.

Pero hay otra cosa que llama la atención -y, sobre todo, preocupa-, de estas cifras. La valenciana es la segunda comunidad en la que más ha descendido la facturación neta de la música en directo entre el año anterior a la pandemia y 2020. Solo en Asturias el descenso ha sido mayor (un 86,13 %) aunque las cifras de su facturación están muy por debajo de las nuestras (1,9 millones).

En el conjunto de España el descenso de la facturación de la música en directo entre 2019 y 2020 ha sido del 63,78 por ciento. Así pues, la Comunitat Valenciana estaría muy por encima de la media estatal. Solo tres autonomías facturaron el pasado año más que la valenciana: Cataluña (28,2 millones), Andalucía (26,3 millones) y Madrid (22,8). En la primera el descenso de la facturación respecto a 2019 fue del 61,55 %, en la segunda fue del 54,7 % y en la tercera fue del 62,24 %.

¿Por qué el sector valenciano de la música en directo ha sufrido la crisis de la covid-19 más que el del resto de comunidades? Seguramente una parte importante de la respuesta la encontremos al analizar el modelo implantado en la última década y en el que, con el apoyo explícito de la administración, los grandes festivales han ocupado casi todo el escenario.

En el año 2018, por ejemplo, los grandes eventos se llevaron el 82 por ciento de la recaudación de la música en vivo en la Comunitat Valenciana, frente al 53 por ciento de media nacional. Una década antes, los macrofestivales apenas aportaba el 26 por ciento de la facturación de la música en directo frente a lo que obtenían salas, auditorios, pequeños y medianos recintos, ciclos de conciertos o conciertos individuales.

En 2019 -el último año con grandes festivales en España-, los dos que más público recibieron fueron valencianos -el Medusa Sunbeach y el Arenal Sound-, y otros dos estaban entre los 10 con más asistentes: el Rototom y el FIB.

Un modelo en cuestión

En 2020 el virus impidió la celebración de estos grandes eventos y eso, lógicamente, ha pasado factura al sector de la música en directo, especialmente en la Comunitat Valenciana. «Eso es evidente y cuestiona el propio sistema como siempre que hay concentraciones muy elevadas de algo en cualquier sector económico», apunta el promotor Joan Gregori Maria, director también de la feria de la música valenciana Trovam. Pero enseguida matiza que la dependencia hacia los festivales no es, a su juicio, el único combustible que ha acelerado una debacle que se está prolongando en este año 2021.

«Estamos viendo que hay una pérdida muy grande de público producida por varias causas -señala Joangre Maria-. Y la principal es que ha habido una estigmatización de la música en directo a través de las medidas implementadas por la Conselleria de Sanidad para los conciertos. Mientras que nosotros tenemos que ofrecer entradas nominales, mantener distancias de seguridad, obligar al público a que lleve mascarilla y permanezca sentado y hacer prácticamente una gincana para pedirse una copa, en las terrazas y los bares puedes estar sin mascarilla, con un grupo grande de amigos e incluso bailando». «Al final -concluye el responsable de Trovam- la gente ya no va por diversión a los conciertos y sólo están acudiendo los fans».

Esta situación ha provocado, según los organizadores de conciertos, que la venta de entradas a los eventos organizados este mes en València estén entre un 30 y un 40 % por debajo de lo previsto respecto a lo recaudado otros años. «Y el problema será ver cómo a medio y largo plazo recuperamos a ese público», añade Maria.

El secretario de la asociación de promotores MusicaProCV, Sergi Almiñana, también señala la «gran dependencia» que tiene el sector de la música en directo valenciana de los festivales y lamenta que las administraciones pública no muestren a los «conciertos estables» el apoyo que sí ofrece a los grandes eventos. «Hay que apoyar los festivales porque generan trabajo y son un foco de atracción turística pero el descenso en la facturación demuestra que no hay un circuito musical porque las instituciones públicas apenas programan conciertos», señala Almiñana.

Los promotores, no obstante, no dan la lucha por perdida y, tal como indica Almiñana, los ciclos de conciertos que se han programado este verano, casi siempre desde la iniciativa privada, para sustituir a los macrofestivales «deberían recibir el apoyo de la administración mediante una normativa más flexible, una reducción de tasas o facilitando la disponibilidad de espacios, para poder dar una oferta musical más diversificada y en la que caben más artistas valencianos».

Las ayudas del IVC se incrementaron en un 12 por ciento

El «Anuari de la Música 2021» de Enderrock y ARC recoge que las líneas de apoyo para el sector musical gestionadas por el Institut Valencià de Cultura se incrementaron se incrementaron en 2020 en un 12 % frente al 84 % de incremento en Cataluña y el descenso del 24 % en las Baleares. El anuario destaca el aumento del 69 % en la partida de producción musical pero lamenta que, en cambio, desaparecen las ayudas a la producción discográfica.

Compartir el artículo

stats