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"Hay un Sorolla todavía desconocido por el público"

El museo dedicado al pintor en Madrid inaugura la exposición "Tormento y devoción", marcada por la religiosidad y el costumbrismo valenciano

Reconstrucción de la obra «El entierro de Cristo», ayer, en Madrid. | EFE

Un Sorolla experimental, desconocido y copista se exhibe estos días en la casa-museo del pintor en Madrid, donde esta mañana se inauguró la exposición «Tormento y devoción», con 42 piezas que muestran una faceta del pintor valenciano «desconocida por el público». «Hay un Sorolla antes de Sorolla y esta exposición lo refleja muy bien. Esta es una oportunidad magnífica para ver unos cuadros muy desconocidos del valenciano que elaboró en su primera etapa con la excusa de la religiosidad popular», explicó el comisario de la muestra, Luis Alberto Pérez Velarde, durante la presentación, que se siguió también a través de las redes sociales.

La «joya de la exposición», tal y como admitió el comisario, es El entierro de Cristo, un cuadro «ficcionado» formado a partir de trozos del lienzo original. «El cuadro, que fracasó en el certamen de 1887, está reconstruido a partir de los fragmentos que conservábamos en el museo. Estaban enrollados, por lo que la restauración ha tenido que ser especialmente cuidadosa», explicó Pérez Velarde, quien también es conservador del Museo Sorolla.

La obra se ha reconstruido a partir de una fotografía antigua, que dejaba entrever la medida original del lienzo, unos 7 metros de ancho por 4,60 de alto. «Como si fuera un cuadro de historia», apuntó el comisario. El valenciano dedicó un año entero a esta obra, con la que esperaba impresionar a una crítica que después respondió con crueldad. «Recuperar este cuadro era una idea arriesgada, pero estamos muy contentos con el resultado. Ver este ‘montaje’ es un lujo para los amantes de la pintura del siglo XIX».

«El buen ladrón crucificado». efe

El entierro de Cristo se encuentra en la sala 1 de esta muestra, al igual que otras piezas casi inéditas, como Monja en oración de la Fundación Bancaja. «En este lienzo se puede ver a ese Sorolla copista de Velázquez, que iba al Museo del Prado. En el cuadro se ven las enseñanzas de su maestro, Francisco Domingo Marqués, y los negros de Velázquez», explicó el comisario.

Otro lienzo poco conocido es el de Santa Clotilde, con influencias de otros pintores como Klimt. «Recuerda al art nouveau y a artistas de la sección vienesa por la estética bizantina».

A su lado se encuentra un dibujo muy interesante de Sorolla, en el que «intenta imitar a Miguel Ángel». «Aprendió de él para, posteriormente, plasmar a sus famosas pescadoras valencianas, con cuerpos poderosos».

La siguiente sala de la exposición está dedicada al costumbrismo. «Sorolla se acercó a la pintura religiosa a través del costumbrismo y el realismo como se puede ver en cuadros como Día feliz, que muestra la visita de una niña a su abuelo ciego después de haber tomado la Primera Comunión. Participó en la Exposición Nacional de 1892, y muestra a un Sorolla con personalidad propia. El lienzo concentra la tragedia propia de los pescadores del Cabanyal y la religiosidad de la época», explicó Pérez Velarde. Según él, la obra está en sintonía con la literatura de Blasco Ibáñez, concretamente, está relacionada con la novela Flor de mayo.

El costumbrismo valenciano también está en otra obra de la muestra que representa a dos mujeres, un hombre y un niño en el patio de una alquería. Detrás de ellos, Sorolla pintó un panel de azulejos de Sant Vicent Ferrer.

La comunión de la nieta de Ricardo Magariños en València. efe

El mar y la religión

La exposición también incluye un costumbrismo marinero, representado por La bendición de la barca, propiedad del Museo de Bellas Artes de Asturias. «Es una obra maestra. Resume lo que queremos contar en la exposición, la relación entre el costumbrismo y la religiosidad», señala el comisario. El lienzo muestra a varios pescadores valencianos contemplando la bendición de su barca antes de faenar. «En este cuadro se anticipa el Sorolla del luminismo, concretamente, en la túnica del monaguillo. Es una obra también de denuncia, en sintonía con otros lienzos como Otra margarita, en el que denunciaba la trata de blancas».

La última de las salas está dedicada a la vertiente religiosa. En ella, se encuentra El buen ladrón crucificado. San Dimas, propiedad de la Diputación de Valencia. «Aquí se ve su estudio sobre la anatomía, en el que se esforzó muchísimo para impresionar a sus compañeros».

En esta sala también se encuentra Virgen María, propiedad del Museo de Bellas Artes de València, con influencia de artistas florentinos.

«Tormento y devoción» se podrá ver en el Museo Sorolla hasta el 9 de enero de 2022 y después viajará a València para instalarse en la Fundación Bancaja, como ya lo hizo la exposición «Femenino plural» de la casa-museo del pintor.

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