Los programadores del Circuit Cultural Valencià, entidad formada por el Institut Valencià de Cultura (IVC) y más de 90 instituciones públicas, han querido pronunciarse sobre la protesta de algunos profesionales de las artes escénicas, que han rechazado la resolución de la orden de ayudas del IVC, que, según aseguran, está llena de «negligencias, errores y omisiones».

Estos profesionales han pedido la dimisión del actual director de la entidad, Abel Guarinos, algo que los programadores rechazan. "Defendemos el trabajo que ha hecho el director y el conjunto del IVC, con dificultades, errores, aciertos y, sobre todo, con mucha honestidad. No podemos dejar pasar que estas ayudas han pasado en cinco años de 1.276.940 euros (2015) a 5.000.000 euros (2020 y 2021) y que el orden de estas, no siendo perfectas, ahora sabemos quién y por qué reciben subvención con total transparencia. Pero no olvidamos el aumento considerable en casi todas las partidas. No olvidamos nunca como estábamos hace unos años y cómo estamos ahora. No nos podemos callar ante los comentarios sobre la profesionalidad tanto de los trabajadores y trabajadoras del IVC cómo de los gustos y las preferencias basadas en la realidad de los pueblos y ciudades en las cuales trabajamos", ha explicado en un comunicado.

"Hay que señalar que el CCV y las poblaciones integrantes son el mercado natural de las artes escénicas valencianas. Durante estos años y, especialmente, en tiempos de pandemia se ha dado mucho trabajo a todos. Evidentemente, no todo el que nos hubiera gustado, pero la gran mayoría de las poblaciones y en especial los teatros oficiales regentados por el IVC, no hemos parado de programar. Desde la Dirección general se ha inyectado dinero extra porque todos los municipios pudiéramos programar", ha añadido.

"Falta personal"

Por otro lado, los programadores sí que comparten una de las quejas del sector, la falta de personal. "Nosotros lo vivimos día en día; porque en el caso del CCV tres personas han de atender las programaciones y problemas de más de ochenta salas. Pero también sabemos de su profesionalidad y de las horas que dedican. Hacía años, décadas, que no se tenía una dirección general y un equipo profesional con una presencia diaria y abierta al diálogo. Pero el problema del personal no sólo es del IVC, sino de toda la Generalitat Valenciana y aquí aparte de la propuesta firme que se ha hecho desde la Conselleria de Cultura también entra a jugar la de Hacienda y la de Justicia. Poder contratar o abrir un proceso selectivo no sólo depende del Director General del IVC o de la Conselleria de Cultura.

Los programadores valencianos zanjan su comunicado con la siguiente conclusión: "Con la confrontación no hay mejor posible. Muchos de nosotros tampoco compartimos al 100 % el contenido de las bases de estas subvenciones. Pero ahora mismo, son las que están aprobadas".