Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ana Albiol | Comunicadora

"La crítica siempre duele cuando hay un conflicto interno"

La valenciana, certificada en coaching y programación neurolingüística, dedica la mayor parte de su tiempo a su comunidad.

Ana Albiol, tras publicar su primer libro. Daria lebedeva

Ana Albiol se convirtió en uno de los referentes más carismáticos del maquillaje en España gracias a su contenido en YouTube. Sin embargo, ella sabía que aquello no era su verdadera vocación. A pesar de su éxito, decidió colgar las brochas en el punto más alto de su carrera para seguir el camino de su corazón y adentrarse de lleno en el mundo del desarrollo personal y la comunicación. Ahora, ha publicado ‘V.I.D.A. de un culo inquieto’, el libro donde plasma todas las reflexiones y vivencias que la han llevado a tener una comunidad de más de 90.000 seguidores.

Dejó el maquillaje para centrarse en las palabras. ¿Qué supone para usted este libro?

Cumplir un sueño que tenía desde pequeña. Me ha gustado escribir desde siempre, y me imaginaba como sería publicar un libro, contando mis reflexiones, mis sentimientos... Me imaginaba entrando a una librería y firmando. He cumplido mi sueño a nivel laboral.

¿Qué es eso de que le tiene miedo a la zona de confort?

Miedo a la zona de confort que se propone en la sociedad. Muchas veces se asocia a la estabilidad. Por ejemplo, la de un trabajo fijo. La zona de confort que propone la sociedad me da miedo en cuanto a no moverme, porque para mí la vida es cambio y movimiento. Me gusta descubrir y cambiar, me da miedo estar mucho tiempo en un sitio sin permitírmelo.

¿Cree que tanto cambio está bien visto?

En mi entorno no es lo más normal. Siempre me han dicho «¿cuándo sentarás la cabeza?», «nunca eres feliz». No está bien visto porque es incómodo para los demás, al menos desde mi experiencia. No pueden tener control sobre mí, o no pueden estar seguros de que vaya a estar siempre con un mismo proyecto o en una misma relación.

Ha dicho alguna vez que su única relación estable es consigo misma.

Además desde hace mucho tiempo.

¿Cree que la soltería, sobre todo en el caso de las mujeres, está estigmatizada?

Sí que lo creo. Pero esta estigmatizada porque aún tenemos unas raíces muy machistas en esta sociedad, pese a que no lo creamos. Además, las mujeres tenemos una ventana de tiempo que llega hasta los 40. Entonces, sí que es verdad que se suele asociar a la mujer soltera, sobre todo de los 30 hasta los 40, el dicho de «se te está pasando el arroz». Ahora no lo tengo tan claro, lo estoy analizando, pero antes la mujer tenía valía cuando estaba al lado de un hombre, era «la mujer de». Ahora se supone que a esas mujeres solteras las vemos fenomenal, pero en el fondo sigue ahí la creencia de que tiene que haber algo que esté mal con esas mujeres, aunque es muy sutil.

¿Cuál fue el punto de inflexión que le hizo dejar el maquillaje para adentrarse en el desarrollo personal?

Para mí la base fue un problema de salud. Me diagnosticaron depresión y ahí fue cuando se vino todo abajo. Me empecé a hacer preguntas muy profundas después de 15 años en el mundo del maquillaje, aunque yo siempre he tenido muy claro que quería comunicar. Eso, sumado al curso de coaching, lo hizo tan evidente que ya no había vuelta atrás. Cuando descubres verdad, ya no puedes girarle la cara.

¿La sociedad ha perdido el miedo a hablar de problemas de salud mental?

En mi burbuja todo el mundo habla de los problemas mentales como quien habla del tiempo. Lo hacemos con una normalidad que es impresionante. Así que sinceramente no sé si es que mi mundo lo he acotado tanto que no me estoy enterando de lo que pasa fuera, o realmente está así de normalizado.

Pero en las redes no suele ser así.

Es tan fina la línea entre opinión y juicio... Además, la libertad de expresión, par mí se ha confundido con libertinaje. Hay un batiburrillo entre el anonimato, la gente que se ampara en la libertad de expresión para decir cualquier cosa... También creo que hay mucho odio en general y todo se está polarizando muchísimo.

¿Le ha llegado ese odio?

Hace mucho tiempo que en mi comunidad no hay nada, he filtrado mucho. Pero sí, en Instagram he visto como linchaban a amigas. Y luego están lo que yo llamo «foros del odio», que son foros específicos para meterse con todo el mundo. Creo que me dijeron que había uno mío con más de 700 páginas. Me parece una locura que esto no esté condenado e incluso haya publicidad en esas páginas. Yo ya me he rendido un poco en ese sentido.

¿Cómo lo encaja?

Desde que estoy en un momento de mi vida en el que amo lo que hago, y me siento la tía más afortunada del mundo, veo la crítica de manera diferente.

A veces ese momento dulce vital genera todavía más odio.

No nos engañemos, la envidia está ahí. A mí me ha pasado. Cuanto mejor me va, más polaridad genero. Yo me centro en cómo me lo tomo yo. Este último año, en el que tengo mi libro, he estado viviendo en Bali y me siento feliz y afortunada, me he tomado la crítica de otra manera. La crítica desde ahí genera menos conflicto. La crítica siempre duele cuando hay conflicto interno.

En el libro dice que solo una decisión le separa de la vida que quiere. ¿Querer siempre es poder?

No creo que querer siempre sea poder. Ahora bien, creo que una decisión te puede acercar tanto a vivir de manera diferente... Para mí, esa decisión fue ir al psicólogo a los 19 años. Tomé responsabilidad de mi vida, me encargué de mi misma, y en vez de esperar a que el mundo cambiase, decidí cambiar yo. A eso me refiero, a una gran decisión.

Compartir el artículo

stats