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José Huertas | Bailarín.

"Con la que está cayendo hay que estar bastante loco"

El vestuario del protagonista de la obra está realizado por Francis Montesinos

José Huertas en el papel de Don Quijote. Levante-emv

El ballet flamenco de José Huertas abrirá el jueves la temporada del Teatro Olympia. La compañía del bailarín, Mediterráneo, representará una versión de «El Quijote» que mezcla partes del Quijote creado por el músico austriaco Ludwing Minkus con creaciones del músico del Ballet Nacional de España, Diego Losada.

Es bailarín, director y coreógrafo. ¿Son tres facetas que se compaginan bien?

Nos preparamos para ello. En esta ocasión, a parte de la dirección artística del ballet, también intervengo como bailarín principal, como Don Quijote. Pero no estoy solo en el barco. Necesito la ayuda de la codirección, que en este caso es Marta Fernández. Lo complicado es estar bailando mientras controlas todo, es imposible. Necesitas detrás un buen equipo, también en producción, iluminación, y sonido, que lo controle todo.

¿Cómo definiría el espectáculo?

Lo que es la idea de Don Quijote todo el mundo la conoce. Ese mundo onírico, esa locura que tenía él en su cabeza... Para contarlo, todo eso se mezcla con la dramaturgia que ofrecemos los bailarines, pues para nosotros nuestra palabra es el movimiento. Se conjuga también con lo que es la danza española, el flamenco y el folklore manchego en este caso.

¿Por qué escogió El Quijote?

¿Y por qué no? Creímos más oportuno hacer un Quijote flamenco. Normalmente se ve el Quijote desde la danza clásica, eso es una realidad. Pero queríamos un buen título, y el Quijote es universal. Al Quijote lo conoce todo el planeta, entonces esa conjugación que ofrece el Quijote con el flamenco, con la danza española, está teniendo buenos resultados dentro de lo que cabe.

¿Se ve representado?

Yo me considero un poco quijote en ese sentido, porque con la que está cayendo hay que estar bastante loco. Pero no sé quién está más loco, si el que está dentro o el que está fuera.

¿Estaba Don Quijote realmente loco?

Ah bueno, eso es muy relativo. Yo creo que todo el mundo lleva un quijote dentro. Pero bueno, siempre hay un Sancho que le hace ver la realidad.

Fue discípulo de Antonio Gades, ¿se ve su impronta en su trabajo?

Toda esa línea de trabajo se ve reflejada en mi baile, pero eso cae por su propio peso. Es algo que tiene que ser así, al final son mis maestros. No puedo bailar de otra forma. Pero yo no imito a Antonio Gades. Yo encontré a mi maestro, pero soy el continuador de su filosofía artística, no su sucesor o imitador. También bebo de Vicente Escudero, o de José de la Vega, que fue mi primer maestro.

¿Le han llamado imitador o sucesor de Gades?

A veces, lo llevo como una losa encima, pero muy orgulloso, porque para mí estamos hablando de lo más grande en el flamenco y la danza española.

¿Cuesta meterse en la piel de un personaje que tiene una evolución tan grande?

Sí, pero somos actores. Al final es como cualquier otro personaje. Tú te empapas de esa locura y al final ves gigantes donde son molinos. Pero eso es así. Se trata de tener esa cualidad también como actor, no se trata de bailar por bailar.

Su vestuario de Don Quijote es obra de Francis Montesinos.

Sí, la última vez que tuvo su exposición en el MUVIM me invitó a verlo. Yo tenía una idea de lo que quería y entre los dos, más bien él, me presentó los bocetos y me encantaron. La verdad es que ha quedado algo muy bonito. Espero colaborar con él en más ocasiones, pero para que haga el vestuario de todos los bailarines, no solo uno.

¿Todavía queda Quijote para rato?

Claro, porque aunque se presentase antes de la pandemia, acaba de empezar. Todavía no lo hemos podido desarrollar fuera de España. Esperamos ir a Emiratos Árabes, a Turquía... Al final este título y el flamenco son universales. Si la pandemia lo permite, le quedan muchas aventuras.

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