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"Hay gente joven muy viejuna"

El humorista, que publica libro, vuelve a sus orígenes con el espectáculo de monólogos

El humorista Joaquín Reyes. levante-emv

El humorista Joaquín Reyes se subirá al escenario del Teatro Olympia de València del 2 al 5 de septiembre. Su nuevo espectáculo, «Festejen la broma», promete ochenta minutos cargados de ironía fina -y también gorda-, ideas «relocas» y tonadas nihilistas.

«Es la vuelta al monólogo, es un espectáculo de stand up, que es con lo que me inicié en esto de la comedia», explica el cómico. Pero el material, sin embargo, es nuevo. Además, presenta sorpresas en la parte final del show. «Saco un muñequete y hago un pequeño número de ventrílocuo», afirma Reyes. Esto supone una novedad dentro de su carrera, y es algo que el manchego tenía mucho tiempo en mente. «A mí me apetecía mucho hacer este número, porque me gusta mucho la dinámica del ventrílocuo, donde el muñeco dice barbaridades y te compromete, y tú intentas manejarlo pero es imposible».

Asegura que esto le da la oportunidad, al inventar un personaje, «de decir cosas que no puedo decir como Joaquín Reyes», lo que le abre más el campo. Cree que hay cosas que puestas en boca de un personaje funcionan, y de otra manera, «no sería igual».

Las primeras veces que lo hacía la gente se quedó «patidifusa», pero hasta el momento ha tenido una gran acogida. El humorista se encuentra tan cómodo en esta nueva faceta que no duda a la hora de admitir que se ha convertido en su «parte favorita» del espectáculo.

En «Festejen la broma», Reyes presenta el humor que siempre le ha caracterizado. «La gente que va a verte al teatro conoce tu humor, hay una complicidad con tu público. Así que es raro que les siente mal una broma. No soy de meterme en muchos charcos, igualmente». El humorista, que defiende la autocensura, cree que es primordial que cada uno sea responsable de su broma. Y sobre todo, «que las bromas que tú hagas y el humor que tú hagas sea acorde con tu criterio». Se muestra contrario al clima actual de crispación, en el que «parece que no se puede decir nada». Asegura que «se puede hacer humor de todo, la cuestión es el punto de vista». Define el humor como un medio, y no como un fin, que bajo ningún concepto está exento de la crítica. «Hay gente a la que le sienta mal una broma y lo dice, y a mí eso me parece fenomenal», afirma.

La pandemia podría ser uno de esos temas delicados sobre los que quizá es demasiado pronto para hacer bromas. Sin embargo, Reyes asegura que ya está haciendo bromas «sobre el impacto que ha tenido en nuestro día a día», pero se ha dado cuenta de que el público «no tiene muchas ganas de que le recordemos esta situación». Pone como ejemplo la producción de películas, que «se ruedan sin mascarilla y se emiten luego sin mascarillas, porque la gente no quiere que se le recuerde todo esto». En «Festejen la broma» incluye bromas sobre «cómo nuestras costumbres han cambiado o sobre temas domésticos, pero no muchas». Al volver a los escenarios se veía en la obligación de hacer alguna referencia a lo que había pasado, «porque si no iba a parecer un extraterrestre».

El cómico siempre ha hecho gala de su condición de manchego, y de alguna manera, ha introducido «la idiosincrasia manchega en el humor». Utiliza una mezcla de surrealismo y costumbrismo, como hacía José Luis Cuerda. Tanto él como el resto de humoristas de su tierra han incorporado sus expresiones, su acento, y también, «ese humor socarrón de La Mancha, irónico». En ese sentido, esto también ha constituido una reivindicación. «Los manchegos hemos sido siempre casi invisibles, la gente no sabía muy bien cómo éramos. La figura del paleto, pero poco más», explica. Y de repente eclosionó la comedia de Albacete. «Muchísimos monologuistas somos de Albacete, Ernesto Sevilla, Goyo Jiménez... No hemos puesto muy pesaos», afirma con sorna.

A pesar de definirse como un «viejuno» -en el mundo de la comedia-, asegura que ser «viejuno» es algo mental. Una actitud ante la vida conservadora y casposa. «En ese sentido no lo soy, pero sí que es verdad que soy un señor, porque tengo ya 40 años. Sin embargo hay gente joven muy ‘viejuna’, muy conservadora, y muy retrógrada. Hay muchos tiktokers que de repente tienen actitudes machistas o defienden posturas muy casposas», comenta.

El 8 de septiembre se publicará ‘Subidón’, su primer libro. Se trata de una «novela existencialista manchega» que habla de la hipocresía y la frivolidad del mundo de la farándula, con algunos guiños autobiográficos. Además, se encuentra inmerso en el ambicioso proceso de creación de una serie de animación para adultos de la que poco más se puede contar.

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