Los «cuarentones» de Bambalina Teatre celebran sus cuatro décadas sobre los escenarios con lo que mejor se les da: con nuevo espectáculo para los más pequeños. «Cu-cu» llega el jueves a la Sala Russafa para hablar sobre la escena de la diferencia en tono de humor y con un toque surrealista.

Con una idea original de Águeda Llorca, dirección de Jaume Policarpo y la interpretación de la propia Llorca, Jorge Valle y Pau Gregori, «Cu-cu» es fruto de «una creación casi colectiva», explica Llorca. Todo empezó con escritura a la manera clásica, pero la actriz y creadora se dio cuenta de la «potencia» que tenían las imágenes para contar lo que tenía en mente. «Me interesan mucho las artes plásticas y el collage te permite yuxtaponer objetos y situaciones para crear mundos surreales. Es muy divertido y estimulante para la imaginación de los niños».

Orejas y narices gigantes

Reproducciones a gran tamaño de ilustraciones y fotografías se convirtieron en una herramienta para interactuar con el propio cuerpo de los intérpretes, conformando un universo onírico donde hay orejas o narices gigantes con los que mostrar que «la diferencia puede vivirse como algo positivo, una seña de identidad personal en un proceso tan delicado como es el crecimiento». «El libreto ha acabado convirtiéndose en una sucesión de notas para los actores y acotaciones sobre la puesta en escena. No hay texto, contamos las historias que componen la obra de manera visual y con mucho humor, sin intentar dar lecciones», explica la creadora e intérprete.

«Los niños necesitan sentir que pertenecen al grupo, por eso pueden desarrollar ciertos miedos o complejos ante la diferencia. Pero aprender a vivir con ella y aceptarla puede ser un refuerzo muy positivo», explica la creadora de este espectáculo que hereda el sello Bambalina.

Para ella ha sido «un gran honor» que la compañía le haya ofrecido «esta oportunidad». Mientras, para Policarpo, la propuesta de Llorca «encaja perfectamente en el concepto del títere contemporáneo de Bambalina, donde cualquier objeto que el actor pueda animar o manipular es una herramienta más de la representación».

Pasar el testigo

Desde su creación, Jaume Policarpo está al frente de la dirección artística de Bambalina Teatre, que ha recibido más de 30 reconocimientos, entre los que destacan el Premio Max al Mejor Espectáculo para público infantil, juvenil y familiar en 2018 por «Kiti Kraft» o el de Millor Espectacle Teatral en los Premis de les Arts Escéniques Valencianes 2018 por «La Celestina». Una trayectoria que incluye una cuarentena de producciones y que este año cumple 40 años. «Hemos pasado por muchas etapas y te das cuenta de lo rápido que pasa el tiempo. Por eso lo que más me preocupa ahora es el futuro. Queremos empezar un relevo generacional para que el sello Bambalina continúe, aunque yo, dentro de unos años, me retire para dar paso a creadores más jóvenes», avanza Policarpo, quien es consciente de que estos procesos «requieren tiempo». «Creo que el teatro que hacemos tiene una personalidad clara y reconocible, pero no es personalista. Estoy convencido de que miradas jóvenes pueden retomar el testigo y aportar nuevos matices», señala el autor, director e intérprete.