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Mona Hatoum

«Mis obras nunca están acabadas, están abiertas a la interpretación»

«No me gusta la sobreexposición de los desastres, los incorporo a mi obra a través de los materiales. Todo ocurre en la mente del espectador», dice la artista británica

La artista libanesa en el IVAM. Francisco Calabuig

La artista multidisciplinar Mona Hatoum (Beirut, Líbano, 1952) ha recibido esta tarde el Premio Julio González que concede el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM). La exposición que le dedica el centro se puede visitar hasta el 26 de septiembre.

Enhorabuena por el premio Julio González. ¿Qué sintió cuando se lo otorgaron?

Es maravilloso ser reconocida con un premio como este, asociado a un nombre tan importante, por tu contribución al mundo del arte. Cuando me dijeron que me lo otorgaban busqué el listado de los premiados anteriormente y me asombró el calibre de todos esos artistas.

Es la segunda mujer en recibirlo. ¿Son pocas a las que se le reconozca su trabajo?

Es muy triste decir que las mujeres deben hacer una doble tarea para ser reconocidas en su trabajo, pero no es ninguna sorpresa. Parece que estos premios son como un intento de reequilibrio, aunque queda un largo camino por recorrer. Me alegro, no obstante, de ser de las primeras en abrir una puerta para las próximas.

Debido a la pandemia no pudo estar presente en la inauguración de la exposición que le dedica el IVAM. Ahora que ha podido verla, ¿qué le parece?

Ha sido como un éxtasis. El trabajo que ha hecho el equipo del IVAM ha sido maravillosos porque ni yo ni nadie de mi equipo pudo estar para el montaje e inauguración. La exposición es tan bella como esperaba.

En ella los mapas tienen mucha importancia. ¿Cómo influye la geopolítica en su obra?

El punto de partida de la exposición iba a ser solo los mapas, pero fuimos añadiendo variaciones. Es interesante porque en mis comentarios trato de hablar de un mundo en general. Sin embargo, en Present Tense sí que hablo de mis orígenes, por ejemplo. En el caso de Map Clear, que es una obra específica para el IVAM, las canicas dibujan el mapa mundi para evocar la precariedad del mundo en el que vivimos, un mundo que vive siempre amenazado por la destrucción. Y en Hot Spot parece que el mundo entero esté en llamas. Los ‘puntos calientes’ de conflictos no se concretan, sino que son globales. Todos estamos atrapados en los conflictos. Además, también puede tener la lectura del calentamiento global.

La artista junto a la directora del IVAM, Nuria Enguita, y el conseller de Cultura, Vicent Marzà. Francisco Calabuig

Los materiales que emplea, como el cristal o el pelo, son tan frágiles como el orden mundial.

Es interesante. Mis antecedentes artísticos vienen de la performance, así que el cuerpo está muy presente en mi obra. Me interesa todo lo que el cuerpo desecha: cabello, uñas,... También me interesa el mobiliario, que también es algo físico.

Siendo así, en un mundo tan cambiante, ¿cuándo da por concluida una obra?

Mi obra nunca está del todo acabada porque siempre está abierta a interpretaciones. Siempre estoy expectante. Depende del contexto en el que se imbrica, del observador.

Nació usted en el Líbano, de padres palestinos. Imagino que al final es difícil en el día a día, sobre todo en materia creativa, escapar de determinadas circunstancias vitales.

La experiencia siempre está presente en la obra pero no intento ilustrar eso. Me gusta trabajar con distintos estados de mente para que la obra pueda ser experimentada por distintos tipos de personas.

La violencia y la muerte están, de algún modo, muy presentes en su obra.

No me gusta la sobreexposición de los desastres, los incorporo a través de los materiales. Todo ocurre en la mente del espectador.

¿En qué trabaja actualmente?

El año que viene tengo la inauguración de tres exposiciones en Berlín el mismo día y ya estoy trabajando en mi próxima obra. Estoy muy contenta de poder volver a viajar.

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