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Monjalés: "Alfons Roig me clavó la mano por delante del cuello hasta el ombligo. Tenía 16 años"

El artista de Albaida cuenta en primera persona el acoso que sufrió del sacerdote en su primer año en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos durante una excursión a las ruinas romanas de Sagunt en 1948

José Soler Vidal, Monjalés, en su casa de València en el barrio de Benimaclet. | M.Á. MONTESINOS

José Soler Vidal, Monjalés, (Albaida, 1932) no solo corrobora las acusaciones de Juan Genovés contra los abusos sexuales a niños de Alfons Roig, sino que además narra en primera persona un episodio de acoso que sufrió del sacerdote el primer año que entró en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos.

Monjalés está muy lúcido a sus 89 años. Uno de los artistas más vanguardistas de su generación -pasó por los grupos Art Nou y Parpalló-, amigo de Andreu Alfaro y Doro Balaguer, tuvo que exiliarse en 1967 tras una espectacular huida de la policía franquista con la ayuda de Vicent Ventura y Raimon.

Monjalés descubrió su vena artística en casa de su paisano José Segrelles e ingresó en Bellas Artes en 1948. «A los pocos días -cuenta-, organizaron un viaje a Sagunt para explicarnos las ruinas romanas. Roig me apartó para ver unos vestigios y me clavó la mano por delante del cuello hasta el ombligo. Me asusté, tenía 16 años y venía de Albaida, así que tuve una reacción un poco brusca, apartándolo con el codo y arranque a correr. Desde entonces me sentaba en la última fila en su clase y nunca hice liga con ese hombre».

Genovés y Doro Balaguer iban un curso por delante de Monjalés, pero «enseguida tuve relación con ellos, porque nos dimos cuenta de que éramos de la misma cuerda», evoca. De hecho los tres acabaron militando en las filas comunistas.

«El retor»

El artista de Albaida, que hizo carrera en Colombia donde es reconocido como uno de los mejores ceramistas del país, volvió a València hace ocho años para quedarse, y se refiere en su conversación con Levante-EMV a Alfons Roig como «el retor». Desde la muerte de Franco siempre que visitaba València se quedaba en casa de Andreu Alfaro en Godella.

Pero «cuando volví definitivamente me sorprendió la dimensión que había alcanzado ese hombre, porque no sabía nada. Incluso la Facultad de Bellas Artes le puso su nombre al auditorio. Todavía no me explicó por qué lo entronizaron».

Monjalés recuerda que Alfons Roig «entró en la Escuela de Bellas Artes pocos años antes que yo como alumno, junto con el grupo de profesores analfabetos de la Falange, y aunque él era el más cordial, lo manejaba todo. El que se acercaba a él, tenía más posibilidades de obtener una beca, porque el ‘retor’ siempre estaba en el jurado que las otorgaba. Y eso lo usaba para meter mano a los chavales. Siempre tenía un grupito a su alrededor».

Añade que «luego tuve noticias de amigos que me contaron cosas horribles. A mí me parecía muy mayor, pero él tendría entonces cuarenta y pico de años en esa época». Sostiene que las palabras de Genovés en su biografía son «bien ciertas» y asegura que aquel comportamiento «lo sabíamos todos, también Doro Balaguer».

Biografía

Monjalés ha obtenido el reconocimiento tras su regresó definitivo a València en febrero de 2013, con varias exposiciones individuales y colectivas. Por su mítico estudio de la calle Corretgeria pasaron todos los artistas vanguardistas de los primeros años sesenta, como los artistas del incipiente Equipo Crónica Manolo Valdés, Rafael Solbes y Juan Antonio Toledo.

Ahora el escritor Gustau Muñoz prepara su biografía para la colección «Vides d’Art» que dirige Martí Domínguez para la Institució Alfons el Magnànim, la editorial de la Diputación de València, cuyos premios de Artes Plásticas llevan el nombre de Alfons Roig. ‘Manuel Boix. La forja d’un pintor’ de Martí Domínguez ha iniciado la serie que seguirá con Monjalés, que ya ha quedado varias veces con Muñoz para preparar la biografía. Está contento porque «conocí mucho a su hermano Jacobo».

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