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«La Orquestra de València ha de volver cuanto antes al Palau. Es su hogar»

El maestro apostará por «mezclar» la identidad local de la institución «con lo mejor del ámbito internacional»

Alexander Liebreich da instrucciones a la Orquestra de València en su primer ensayo como titular celebrado ayer. | PALAU DE LA MÚSICA

Desde que está en València, cada día el maestro Alexander Liebreich (Ratisbona, 1968) camina durante una hora o dos desde su hotel, cerca del Palau de la Música, hasta la playa. Lo hace por salud y porque es su manera de ir familiarizándose con el lugar en el que trabajará como director titular de una de las dos orquestas principales de la Comunitat Valenciana.

«Para poder abrirnos al mundo es importante tener unas raíces bien fuertes», aseguraba durante un encuentro «informal» con los medios de comunicación valencianos tras su primer ensayo al frente de la Orquestra de València, a la que conducirá este jueves en el Palau de les Arts.

«Desde que estoy aquí me he dado cuenta de que València es más grande de lo que parece culturalmente, por eso me interesa ver la identidad local desde un contexto internacional -añadió-. La Orquestra de València tiene que ser una mezcla de raíz local con lo mejor del ámbito internacional».

En este encuentro con la prensa, el maestro bávaro -que dijo, no obstante, sentirse «un poco bastardo» en cuestión de nacionalidades-, habló sobre su trabajo al frente de la OV y sobre las necesidades que ya ha detectado en la formación. Una de ellas, según indicó, es la de volver cuanto antes a tocar en el «hogar» de la formación, el Palau de la Música, actualmente cerrado tras unos desprendimientos detectados en 2019 y en espera de una reforma integral que todavía no ha empezado.

Quizá a finales de año

A este respecto, la presidenta del Palau y concejala de Cultura, Glòria Tello, y el director del organismo autónomo, Vicent Ros, adelantaron en el mismo encuentro con los medios que «siendo optimistas» las obras del auditorio podrían dar comienzo a finales de este año y principios del próximo y que estas tendrán una duración de quince meses. El optimismo, no obstante, dependerá de si alguna de las empresas que no sean elegidas para ejecutar el proyecto presenta o no alegaciones al proceso, con lo que éste podría volver a prolongarse, tal como también apuntó Tello.

Liebreich no eludió el asunto más preocupante que en estos momentos afecta a la OV, una de las instituciones culturales más importantes de la Comunitat Valenciana. «Lo que necesita la Orquestra es estar en el Palau, es su hogar», subrayó el director al menos en dos ocasiones. «Es necesario que el Palau de la Música esté abierto porque su acústica es muy diferente» a la del vecino Palau de les Arts, dijo también.

Formado en Múnich y Dresde, cerca de Michael Gielen y Nikolaus Harnoncourt, Liebreich estudió Filología Románica y se reconoce más cercano a la antigua Grecia por su cultura y su filosofía que a la actual Alemania. «Es importante que veamos cuál es nuestra identidad y por eso he comentado la importancia entre el equilibrio local y regional y la apertura internacional», subrayó sobre su trabajo al frente de la OV.

«Ahora -dijo también el maestro-, me interesa hablar con la gente de aquí, saber cuál es el contexto intelectual» de la orquesta. «Me interesa ver cuál es el entramado cultura de València, saber por qué la gente de aquí se va y le cuesta devolver lo que ha aprendido aquí», aseveró.

«Será una aventura estar aquí»

Liebreich recordó ayer la primera vez que dirigió a la OV hace cinco años, y otra más reciente (hace apenas unos meses) en un concierto que se celebró en la Lonja. Pero ahora su visión de la formación ha de ser diferente porque de él también dependerá «ajustar las teclas para que todas funcionen». «En general -dijo-, la orquesta espera que el director venga a hacerla mejor». «Es un proceso de ver hasta dónde podemos llegar juntos como orquesta», afirmó. «Será una aventura para mí estar aquí».

Tras su primer ensayo, Liebreich habló de las «diferentes energías» que se detectan en la formación, de la «tradición» de la «excelente» sección de vientos -solo comparable a la que existe al sur de Holanda, subrayó-, y con una sección de cuerda «que hay que reforzar un poco». «Mi trabajo no es nada difícil, solo tengo que hacer que todos los marineros estén en el barco y que confluyan bien», aseguró. También habló de la urgencia de resolver problemas como el de las plazas vacantes, lastrado por la misma burocracia que retrasa la reforma del Palau de la Música.

Sobre su trayectoria, Liebreich apuntó el cambio que supone para él ponerse al frente durante el próximo lustro de la orquesta principal de una ciudad como València. Tal como él mismo recordó, el maestro ha estado hasta ahora unido a orquestas de radios regionales o nacionales. «La diferencia es que quiero encontrar el camino para estar con la gente de la ciudad, porque la Orquestra de València existe y pertenece a la ciudad. La radio está en el aire, pero la orquesta de una ciudad es de la gente», insistió.

Además de dirigir a la OV, Liebreich trabajará también en el diseño de las próximas temporadas en las que estará al frente de la programación. Sobre esto, explicó que su intención a partir de la temporada 2022-2023 será la de contar en cada ejercicio con directores invitados jóvenes (explicó que él, a sus 52 años, puede considerarse un «director joven») y con dos compositores noveles comisionados.

Adelantó también su intención de poner en marcha un formato de «escenario abierto» al que denominó «de quince minutos», en el que puedan participar intérpretes y compositores pero también poetas y otros tipos de artistas.

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