Así, ¿Ketama ha vuelto al congelador después de la gira de reunión de 2019?

Con la pandemia ya era todo muy difícil y de momento se quedó ahí. Fue muy gratificante juntarnos de nuevo, tener las guitarras de Juan y Juanmi, a la derecha y a la izquierda, pero ahora cada uno está haciendo lo suyo. Yo he estado con los discos de mis hijas, Lucía Fernanda y Marina, y con el disco de Rosario, y he hecho un bolero muy bonito con Benjamín Prado que saldrá más adelante. Y cosas con Rayito, guitarrista y productor alucinante…

Y ha compuesto y grabado ese tema, ‘Me maten’, con C. Tangana.

Vino a casa, me puso su disco y me quedé muy impactado. Estuvimos un par de días trabajando y salió ‘Me maten’, una canción en la que recordamos cuando no nos dejaban entrar en las discotecas, cuando ahora nos ponen alfombrillas rojas y nos dan gloria bendita. Nos reímos mucho. Es muy fácil sacar una canción con él, y ‘Me maten’ es como un himno: el ‘No estamos lokos’ de esta época.

Al final, ha resultado que Tangana no es el trapero radical alejado de las músicas tradicionales que podía parecer.

Es un melómano. Fíjate en los artistas que ha pillado: se ha ido al Brasil y a tocado con Toquinho, y se ha ido a Cuba y ha grabado con Eliades Ochoa… Tiene esa capacidad de observar a las otras generaciones musicales, como Jorge Drexler o nosotros. En unos días nos vamos a actuar con él a los Grammy, en Las Vegas.

Otra canción nueva es ‘Corazón gitano’, con Álex Cuba.

Uno de los artistas cubanos más reconocidos; vive en Canadá y tiene varios Grammy, los americanos, que es muy difícil. El corazón gitano representa el corazón libre, eso que añoramos cuando tenemos un trabajo con un horario.

Viene a Barcelona bajo el nombre de Antonio Carmona y Familia. ¿Qué representa esta unión?

Son las nuevas generaciones que tengo en mi casa, y son todos músicos muy experimentados desde pequeños. Llevar esa nueva sangre de los Habichuela da mucho juego, y ellos se divierten. Vamos a todos lados en familia, como un clan. En los conciertos, Marina canta temas suyos, y Juan, Lucas y yo tocamos piezas de toda mi trayectoria, en solitario y con Ketama, y alguna canción más, como ‘Aquellas pequeñas cosas’, de Serrat, que yo llevo cantando muchos años.

Después de haber trabajado con Ketama en la fusión con el pop, el jazz o la música de Mali, ¿ahora tiende a cerrar filas con la raíz flamenca-rumbera?

Ahora mismo me preocupan más las canciones que las fusiones. Luego ya, el acompañamiento puede ir por lo flamenco, lo latino, lo pop… La fusión ya pasó para mí. Yo me sé defender en la música hindú, irlandesa…, y meterle un cajón, o una guitarra, o una letra. Tengo esa capacidad de amoldarme, porque he tenido a mis maestros, mi padre, Juan Habichuela, y mi tío Pepe.

Con esta formación de herederos, ¿siente que es ahora usted el patriarca?

Tanto como patriarca, no lo sé. Me parece demasiado. Pero tengo un alma muy joven. Cuando terminamos de trabajar nos vamos todos de cañitas, con las guitarritas… Comparto mucho con mi familia.

¿Les costó abrir las puertas de su vida familiar en el programa ‘Los Carmona’, de ‘Lazos de sangre’ (TVE)?

Hay que estar presente en los medios, y programas de música no hay. Echo de menos los espacios de otros tiempos, como ‘Rockopop’ y otros muchos. Que ahora sacan la música así, ahondando más en otras cosas, pues es el precio que hay que pagar. Hicieron un repaso muy bonito a los Habichuela. Pero nosotros en España tenemos a nuestro Miles Davies y nuestra Billie Holiday, que son la Niña de los Peines, Tomás Pavón, Sabicas, Carmen Amaya… Y si no los sacan en televisión, la gente no se entera.