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Sotheby’s saca a la venta un apóstol y un filósofo del valenciano José de Ribera

El «San Bartolomé» es el único lienzo existente de un conjunto dedicado a los 12 apóstoles y ha sido valorado en hasta 180.000 euros

«San Bartolomé», de José de Ribera. | SOTHEBY’S

El pintor valenciano José Ribera sigue de moda en las casas de subastas. El próximo 8 de diciembre Sotheby’s saca a la venta su cuarto «españoleto» en lo que va de año. Se trata de una representación de San Bartolomé que el artista de Xàtiva pintó hacia 1636 en Nápoles y que durante años perteneció a la colección particular del Infante Sebastián Gabriel Borbón y Braganza, hijo de Pedro de Borbón y la Princesa de Braganza.

El ‘San Bartolomé’ que sale ahora a subasta en la casa londinense pertenecía hasta ahora a un coleccionista particular de Barcelona y Sotheby’s lo valora en entre 120.000 y 180.000 euros. Este óleo probablemente formaba parte de un conjunto que representaba a los doce apóstoles, de los cuales éste sería el único que no ha sido destruido o ha desaparecido. Ribera pintó varias series con este motivo a lo largo de su carrera, la más completa de las cuales se encuentra en el Museo del Prado.

Sotheby’s también tiene a la venta en la actualidad la representación de un filósofo que Ribera pintó también hacia 1630 y cuya subasta quedó desierta hace unas semanas. El precio estimado de la obra se ha fijado en entre 120.000 y 180.000 euros.

El retrato de los filósofos ocupó un lugar privilegiado en la dilatada trayectoria del pintor de Xàtiva, desde su época romana, a partir de 1612, hasta el final de su vida laboral.

«Un filósofo», de José de Ribera. | SOTHEBY’S Voro Contreras. València

Volviendo a los principios del caravaggismo, en el que la representación de los modelos se centra en su profunda humanidad y un realismo a veces crudo, Ribera pintó ‘Un filósofo’ -cuya identidad se desconoce-, en una actitud solemne, con una cualidad hierática reforzada por la frontalidad directa de la pose y con la apariencia de un anciano.

La figura, brillantemente iluminada, destaca sobre un fondo sombrío que acentúa aún más su calidad monumental, sosteniendo un libro andrajoso y una tela blanca en sus manos gastadas y descoloridas.

Ribera fue el más ferviente seguidor de este nuevo enfoque iconográfico, que tuvo un gran éxito, a juzgar por la cantidad de encargos que recibió el artista por pinturas sobre este tema, especialmente de Don Fernando Afán de Ribera, duque de Alcalá y virrey de Nápoles a principios de la década de 1630. El pintor valenciano también produjo una serie para el Príncipe de Liechtenstein en 1636.

El actual filósofo no parece pertenecer a ninguna de estas series, pero probablemente fue pintado cuando Ribera estaba en Nápoles, hacia 1630, en la cima de su carrera. La importancia de esta composición se ve reforzada por la existencia de una segunda versión, de menor calidad, atribuida al artista y que se subastó en Nueva York en 2014 por 137.000 dólares.

Desde principios de 2020, alrededor de una decena de obras del maestro de Xàtiva que han salido a subasta han incrementado su valor por encima del 20 por ciento respecto al precio de salida.

Los casos más llamativos han sido el San José que se vendió en Viena por 588.900 euros (casi el doble de lo previsto) y, sobre todo, «Un philosophe: l’heureux géomètre», subastado en París en junio de 2020 por 1,8 millones de euros cuando el precio de salida era de 200.000 (es decir, un 628 % más).

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