«Berlanga se ilusionó muchísimo al cumplir su sueño de plantar una falla» la célebre ‘História d’una mamella’». El presidente la comisión Mossén Sorell-Corona, Miguel Ángel Pérez, aprovechó el acto cultural «Berlanga y las fallas» organizado por Levante-EMV y el Ayuntamiento de València en miércoles en el Teatro Talia para narrar toda la intrahistoria de la falla berlanguiana que su comisión plantó en 2007. «Desgraciadamente, no pudo disfrutar la ‘plantà’», lamentó Pérez, ya que precisamente en aquellas fechas empezaron sus problemas de salud.

Miguel Ángel Pérez y Vicent Borrego, vicepresidente y coordinador de actividades del Año Berlanga de la Falla Na Jordana ahondaron en la faceta fallera del cineasta. Borrego contó la admiración de Berlanga al entrar en el casal de Na Jordana, vecino con la entonces sede la Mostra de Cimena del Mediterrani de València. «¿Puedo hacerme un cortado?», preguntó Berlanga.

Pérez y Borrego participaron en la mesa redonda junto con el actor Guillermo Montesinos, la comisaria del Año Berlanga del Ayuntamiento de València, Teresa Cebrián y el concejal de Turismo Emiliano García, donde se abordó la vinculación fallera del cineasta.

Un acto que reunió también a la vicealcaldesa Sandra Góméz, y los concejales Pere Fuset (Compromís), Julia Climent (PP) y Amparo Picó (Cs). La directora de Levante-EMV, Lydia del Canto y el director general de Relaciones Institucionales del periódico Levante-EMV y el resto de medios de Prensa Valenciana.

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Berlanga y las Fallas, una relación indisoluble Fernando Bustamante

La tarde comenzó con una entrevista al actor valenciano Guillermo Montesinos, que participó en tres rodajes con Berlanga, del redactor jefe de Cultura del periódico, Joan-Carles Martí, y tras el debate se proyectó la película «Moros y cristianos» (1987).

Teresa Cebrián resaltó que la ruta «València y el cine de Berlanga» puesta en marcha desde Visit València para homenajear al cineasta destacan dos «puntos genuinamente falleros» como la calle Corona y la plaza Na Jordana.

El concejal Emiliano García que se declaró fan del cine berlanguiano, tiró de sus orígenes para mencionar su amistad con el actor de Requena Joaquín Climent, que participó en las películas de Berlanga «París-Tombuctú» y «Todos a la cárcel».

«A la Mamella de Corona este libro que espero os sirva para aumentar el exceso de erotismo que tiene ya la falla de este año. Con mi deseo de que llegue al Primer Premio, abrazo». Firmado «Luis Berlanga». Esa fue la dedicatoria manuscrita del cineasta firmada en 2006 en el libro ‘Eso no’ de Marcelo Birmajer (uno de los títulos de la colección erótica de Tusquets, ‘La sonrisa vertical’).

Años antes, en 1992, el propio Berlanga había contado en el primer número de la revista ‘De Fallas’ editada por Na Jordana como soñó plantar su primera falla mientras veía la ‘cremà’ de la falla municipal de 1987, una réplica satírica de la fachada del Ayuntamiento, que había realizado el artista Manolo Martín, con la idea de Manuel Vicent, muñecos de Sento y vestidos de Francis Montesinos.

«De manera repentina -escribe Berlanga-, como a mí me vienen las ideas de las películas, era descabellada e incluso, en principio, parecía grotesca. Sin más contesté: ‘Bueno que tal si fuera una inmensa teta, enorme, que ocupara toda la plaza». Una vez más, el genial director valenciano declaraba su inspiración instantánea, el ‘pensat i fet’.

Joan-Carles Martí, que también ha sido el comisario dela exposición ‘¡Viva Berlanga!’ del MuVIM, explicó como el zapato berlanguiano que se hizó para el homenaje de la Mostra al cineasta en 2009, y que presidió la muestra, fue encontrado en un almacén de la Generalitat pero pintado de azul. Y como el Institut Valencià de Cultura autorizó la vuelta al color original.

Cebrián y García aseguraron que todavía hay muchos actos que celebrar del Año Berlanga, además de la gala de los Goya, el 12 de febrero en Les Arts.