El flamenco es un gran lienzo salpicado de distintas pinturas y variadas clases de secreciones que impactan en el tejido emocional del público. Por eso, el baile de Macarena Ramírez es un garfio que atrapa a todo tipo de personas y prende como un candil en la memoria. Prueba de ello es que esta joven de Chiclana se alzó, con tan solo 28 años, con el título de mejor bailarina de España en la primera edición de “The Dancer”, el programa de TVE: “Venía de una época muy dura, sin actuaciones por la pandemia, y ganar ese programa me ha dado el empujón necesario para abrirme camino como bailaora”, asegura Macarena a Levante-EMV al otro lado del teléfono.

Habla con calidez, sin el pulso acelerado de los nervios y con la alegría que aporta la seguridad en sí misma. En “The Dancer” tenía como capitana a la cantante Lola Índigo, que ahora es amiga íntima: “Ella me ayudó a ser yo misma, a que estuviese segura con mi espectáculo porque hacía mucho tiempo que no bailaba con música grabada, y ahora nos ayudamos y nos contamos todo”. Tanto es así que este año han compartido gira y han bailado juntas.

El próximo viernes actúa en el Auditori de Torrent para presentar el espectáculo “8 Letras, 8 Palos”: “Es un viaje al corazón del flamenco, a través de las farrucas, alegrías, tarantos, cañas y seguiriyas, con danza española”. Sobre el baile, la artista expone que “es un auténtico privilegio porque te desahogas, como si expulsaras todo lo que llevas dentro, y cada espectador lo siente de una forma: unos ríen y otros lloran. Esa es la magia del flamenco”.

"Bailar es un auténtico privilegio porque te desahogas, como si expulsaras todo lo que llevas dentro, y cada espectador lo siente de una forma: unos ríen y otros lloran"

La artista gaditana baila sin ribetes ni tibieza, puramente volcánica, llena de verdadera pólvora, como si llevara tatuada en sus enérgicos movimientos corporales la palabra libertad. Danza con ese arrebato avivador de rebeldía insumisa, pero siempre dentro de los palos clásicos: “Mi referente es Manuela Carrasco por su flamencura, el estilo de sus brazos y la profundad de su mirada en el escenario. De Rocío Molina también me gusta como innova y la rapidez de sus movimientos”.

Macarena empezó a bailar con tan solo 4 años en las academias de Chiclana y a los 6 años se fue a Jerez con María del Mar Moreno para actuar en varias peñas flamencas y en las "Fiestas de Otoño" de Jerez con el maestro "José Zarzana" al piano. Allí aprendió a mover los brazos, a taconear, a escuchar el compás y el cante y potenció ese estilo elegante y almibarado que le caracteriza: “En mi casa nunca se ha escuchado flamenco, creo que nací con el baile en mi corazón porque a los cuatro años le pedí unos zapatos de gitana a mi madre y desde ahí no he dejado de aprender”.

Ahora, Macarena, que fue modelo de "Vogue Man Arabia" junto a Karim Benzema, tiene en mente sacar su propia firma de vestidos de flamenco. Ella misma se hace los vestidos de bailar y crea sus coreografías con innovadoras puestas en escena con temas de Madonna o Blancanieves: “Cuando estoy dormida me imagino con el vestuario y me levanto y lo diseño”, concluye una artista total.