El martes 21 de diciembre falleció Rosalía Sender Begué, aragonesa de nacimiento y valenciana de adopción, que hizo de su vida un ejercicio constante y coherente de lucha por las libertades y los derechos sociales.

Rosalía salió de España junto a su familia en 1939, a la edad de cinco años, para vivir el exilio en Francia. Hija de militantes anarquistas, participó en la JSU (Juventud Socialista Unificada) y poco después, en 1951, ingresó en el PCE (Partido Comunista de España) en el que permanecería hasta 1986. En el exilio, la militancia le permitió conocer de cerca la situación de los trabajadores españoles refugiados en Francia y la lucha por la democracia que se llevaba a cabo dentro y fuera de las fronteras españolas.

En París, estudió Ciencias Empresariales y trabajó durante más de una década, sin dejar de lado su actividad político-social. En 1967 tomó la difícil decisión ‒recordemos que Franco aún vivía‒ de regresar a España con su marido y sus hijos, estableciéndose en Valencia. Aquí prosiguió su andadura como mujer luchadora y comprometida. Organizó la sección valenciana del MDM (Movimiento Democrático de Mujeres) y, dentro del PC, fue implicándose cada vez más en la actividad artística con la edición de carteles y carpetas de obra gráfica de artistas colaboradores. Estuvo al frente de la Comisión de Serigrafías del partido y fue en el Taller Ibero Suiza donde trabajó con Josep Renau, Antonio Saura, Equipo Crónica, Juan Genovés y un largo etcétera.

Este interés por el arte y este trabajo tan cercano con los artistas plásticos desembocó, en 1982, en la creación de la sociedad Promociones Culturales del País Valenciano, formada por el mismo equipo de la Comisión del PC. Desde este nuevo marco cultural, Rosalía y sus colaboradores prepararon exposiciones itinerantes con ciclos de conferencias para los municipios, a la vez que mantenían la edición de carpetas de obra gráfica para suscriptores. Su mayor proyecto fue la exposición «Plástica Valenciana Contemporánea», presentada en 1986 junto a la publicación homónima. Al poco tiempo, esta mujer que lo había hecho todo “para la lucha y para los demás”, como escribió en su libro «Nos quitaron la miel. Memorias de una luchadora antifranquista», abrió su propia galería de arte, Rosalía Sender, en la calle del Mar. El apoyo de los clientes y amigos de etapas anteriores, unido al de los artistas ‒muchos de los cuales habían sido colaboradores desde los tiempos de la clandestinidad‒, fue fundamental para la realización de exposiciones de calidad y la consolidación del prestigio de la galería.

El MuVIM le dedicó un emotivo homenaje a Rosalía Sender en 2018, con ocasión de la donación de obras de su colección a la Diputación de Valencia. Hoy queremos compartir nuestro más sincero reconocimiento a esa mujer que dedicó su vida a la solidaridad, la defensa de la democracia y la educación a través del arte.