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Pau Riba | Músico y escritor.

"Mi prioridad ahora no es hacer música, es comer y dormir bien"

«Quiero que la gente sepa que tengo cáncer. Lo suyo es tratarlo con toda la naturalidad y no buscar la lágrima fácil»

Pau Riba en concierto

Pau Riba tenía previsto actuar el próximo fin de semana en el Teatre del Raval de Gandia, pero un positivo por coronavirus que se le notificó al artista catalán minutos antes de hacer esta entrevista el pasado 6 de enero («es el regalo que me han traído los Reyes», dice) ha obligado a aplazar el evento. Riba iba a presentar su revisión en directo del disco ‘Dioptria’, piedra angular del pop ácido y psicodélico catalán, y agradecer así el apoyo recibido por parte de LaCasaCalba (gestores del Raval), y en especial de su director, Francesc Burgos, tras anunciar el músico y escritor el pasado diciembre que sufre un cáncer de páncreas inoperable.

¿Cómo nace esta buena relación suya con LaCasaCalba?

Francesc me llevó a un festival de pop en la calle, hace 15 años, en Tavernes de la Valldigna. Después se ocuparon de la reedición de ‘Jo, la donya i el gripau’, y a partir de ahí hemos tenido una relación muy fluida. Ahora ha capitaneado una bolsa de ayuda para que pueda afrontar mi tratamiento para la enfermedad esta que tengo ahora en el páncreas.

¿Está siendo un proceso complicado?

Desde el punto de vista práctico, no. Son unas sesiones muy cómodas. Pero desde el punto de vista financiero sí, la cosa tiene su intríngulis.

Desde que anunció que sufría el cáncer mucha gente se ha volcado con usted y le ha demostrado su cariño y respeto.

Sí, sí. Hicimos una llamada, para entendernos, y ha habido una respuesta general, y ha sido especialmente intensa en el País Valenciano.

¿Y no le cansa que en cada entrevista le estemos recordando esto del cáncer?

No, porque yo quiero que la gente lo sepa, que mi gente allegada, los amigos, los conocidos y los fans estén al corriente y se puedan poner a mi lado. Lo suyo es tratarlo con toda la naturalidad, y es eso lo que estamos haciendo.

En los medios de comunicación, siempre que se habla de alguien más o menos que sufre o ha sufrido cáncer, se suele decir eso de «esa larga enfermedad».

Pero eso es buscar la lágrima fácil. Y a mí eso no me va. Más bien yo siempre he sido lo contrario a la lágrima fácil.

Su amigo Sisa dijo alguna vez que usted es la única persona que conoce que no ha cambiado nada desde que era joven. ¿Eso es bueno o es malo?

Yo creo que una cosa es no cambiar en esencia, seguir siendo uno mismo. Y la otra es hacer pequeños arreglos y variaciones en la trayectoria de uno.

Usted está satisfecho con aquel joven que hizo el disco «Dioptria»?

Muy satisfecho, pero en toda esta satisfacción digamos que hay una parte que me corresponde a mí y otra que corresponde a Toti Soler, Romà Escalas y Jordi Sabatés. Y en el segundo disco también con Batista y Sisa.

Fue un disco bastante extraño ya para la época, sobre todo en aquella Cataluña dominada por el folk y la melancolía.

Claro, porque era un disco rockero. A mí lo que más me preocupaba es que fuera un disco rockero. Estábamos viviendo la revolución de los jóvenes y de la guitarra eléctrica y del LSD y a ese lugar fui llevando yo las cosas.

¿Se imagina cómo hubiera sido su vida si no se hubiera tomado usted su primer LSD?

Eso habría que preguntárselo a una de esas viejecitas que tienen una bola de cristal delante. No sé si hubiera ido por ahí, quizá no me hubiera sentido demasiado cómodo.

El disco era una proclama contra el puritanismo y la familia burguesa. ¿Han cambiado las cosas lo suficiente desde entonces?

No sé qué decirte. Hombre, ha habido cambios importantes. Ha habido una revolución sexual y más libertad de culto. La sociedad en general ha cambiado desde entonces. No sé si es suficiente, puede que desde mi punto de vista no, pero la sociedad siempre se mueve lentamente. Siempre ha habido líderes y adalides que van por delante, que abren posibilidades, pero la masa es un gusano que se mueve siempre muy poco a poco.

¿Fue usted uno de esos adalides que iban por delante?

Sí, yo creo que sí.

¿Se parece en algo la juventud a la que usted cantaba con la de ahora?

Yo creo que es más conservadora, pero me fijo poco. No estoy activo, no milito.

¿Por qué?

Porque no me interesa. Pienso que ya se apañarán, que cada generación tiene su líder y sus historias y que, gracias a Dios yo ya estoy en la reserva.

A finales de los 70, cuando dejó la vida hippie en Formentera, se vino a València a buscar un tipo de músicos que no encontraba en Cataluña. ¿Por qué?

Yo entonces tenía una obsesión, y es posible que aún la tenga, con hacer heavy metal. No rock duro, sino heavy metal. Y eso era una cosa que en el Principat, en Barcelona, no había. Aquí estaban buscando raíces, en una onda totalmente diferente. Yo tenía relación con Eduardo Bort, el guitarrista, y fui para allá pensado que ahí encontraría músicos cañeros como él.

¿Y qué ocurrió?

Me encontré que sí, que eran bastante heavys, pero la asociación heavy y letras en catalán les resultaba un poco rara. Y bueno, todo junto resultó bastante extraño.

El año pasado publicó un libro contando la «Història de l’univers».

Sí, es una historia que siempre me ha interesado, a la que le he dado vueltas desde la época de Formentera. Y cuando tuve el tiempo suficiente y horas libres para dedicarme a eso, me puse y le saqué mecha al lápiz.

¿Se siente ahora más escritor que músico?

Yo siempre me he sentido más narrador que otra cosa. Para la música siempre he sido bastante negado. Digamos que la escritura la llevo en la sangre, todos mis abuelos son literatos, lo llevo en el ADN, en las cadenas informatizadas del ácido «riba-nucleico».

¿Le ha costado aceptar esa imposición genética?

Al principio tuve conflictos con mi abuelo (el poeta Carles Riba), conflictos digamos que de personalidad. Se me consideraba más nieto de mi abuelo que yo mismo. Pero lancé cuatro disparates y ahora todo eso se ha arreglado y ha pasado a la historia. Le dediqué un disco, hice canciones con poemas suyos y las cosas han ido a mejor.

¿Qué es lo que más le interesa de la Tierra a un ser galáctico como usted?

Actualmente lo que más me interesa es comer y dormir... E ir bien de vientre.

¿Escribir y hacer música siguen siendo un objetivo prioritario para usted?

No en este momento concreto. Siempre será un objetivo pero las circunstancias me han hecho estar en otra tesitura.

¿Y seguir subiendo a los escenarios es una imposición a usted mismo o una necesidad?

No es una imposición, pero sí me parece saludable. Poner un pie en el escenario me ha librado siempre de todo mal.

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