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Ortifus: "Ser crítico es mi estado natural"

Inaugura exposición en La Nau. Sostiene el viñetista de Levante-EMV que el «humor es salud», así que hasta el 24 de abril se puede ir a La Nau en busca de un sano recorrido por cuatro décadas prodigiosas.

Ortifus inaugura su exposición en La Nau

Ortifus inaugura su exposición en La Nau Levante TV

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Ortifus inaugura su exposición en La Nau Joan Carles Martí

 ‘Ortifurama valencià’ reúne la más completa retrospectiva de Antonio Ortiz Fuster, Ortifus, (València, 1948). Una muestra de humor humanista sin límites. Por eso Ortifus ha creado el ‘ninot’ de un inquisidor que advierte a la estatua de Juan Luis Vives: «Ojito Luis, sabemos dónde vives». Sin juego de palabras no hay Ortifus como demuestra la exposición comisariada por Álvaro Pons y Daniel Tomás. Un canto a la libertad de expresión y a la vida saludable, porque como dice el artista de Levante-EMV: «El humor es salud y nos da esperanza».

Un gran mural cronológico, de más de 20 metros de largo, destaca en la sala más grande de La Nau que relata la historia reciente de València a través de más de 600 imágenes, en su mayoría caricaturas de políticos, que se suceden a través de dibujos y proyecciones. Un Ortifus enternecido por el reconocimiento académico responde tras un recorrido por una muestra vital, siempre con el juego de palabras como herramienta fundamental.

¿Le he visto emocionado?

Sí, claro…, posiblemente sea la última exposición.

No diga eso… Expuso hace tres años en el Edificio del Reloj, pero esta es más completa.

Más completa y personal, centrada en personas quiero decir. La del Puerto era más festiva con un material más amable para un espacio precioso.

¿Tiene ‘sensación Serrat’, de última gira?

Más de Miguel Ríos, que dice «me voy» y nunca se va (ríe). Tengo una edad y la salud ya avisa…

¿Montar la exposición le habrá servido para repasar estos últimos cuarenta años?

Para descubrir la evolución de las personas y del trabajo.

¿Qué queda del viñetista Ortifus que empezó en 1981?

El sentido crítico, que es mi estado natural. Cuando estudiaba en Escolapios ya protestaba continuamente, siempre estaba castigado porque no tragaba con nada. Veía injusticia en muchas cosas. He sido muy coherente y he seguido con mi espíritu crítico de mis primeros dibujos de hace 40 años. Han cambiado los personajes, algunos se han hecho más gorditos…

Empezó en blanco y negro y a principios del siglo XXI llegó el color.

El color y la digitalización. Entonces empiezo a trabajar con ordenador. Antes era en papel y para las medias páginas del domingo recortaba los titulares y los tenía que pegar, lo pasaba a taller… Comienzo a escanearme yo y pintar.

Siempre con el texto resaltando el dibujo.

Mis dibujos no tienen escenario porque no quiero que eclipsen el texto. Me importa el texto que contesta al titular o el diálogo.

¿Por qué ha preferido estar en la redacción, cuando otros viñetistas famosos lo hacen desde casa?

Me gustaba trabajar con cuatro mesas al lado, así cuando tenía una duda estaba atento para ver como reaccionaban los compañeros. Me gusta tanto trabajar en redacción que lo hecho de menos.

¿Alguna viñeta no salió?

Nunca he tenido censura de ningún tipo, a lo sumo una viñeta que en principio iba grande ha salido más pequeña.

Ya sabe que la peor censura es la autocensura.

Uno sabe para qué medio trabaja. Un periódico es para un público muy amplio y eso lo tuve claro desde el principio. Jesús Prado me dijo nada más entrar a trabajar en Levante-EMV: «Tú haz lo que quieras, que para deshacer entuertos estamos nosotros».

Cuando empezó de viñetista tuvo la mala suerte que en los dos primeros periódicos que trabaja acaban cerrando (‘Diario de Valencia’ y ‘Noticias al Día’). ¿Cómo lo reciben en Levante-EMV?

Empecé un poco gafado la verdad, como humorista ‘gáfico’ (ríe). Eran tiempos convulsos, pero gracias a Levante-EMV me consolidé.

¿Por qué muestra por primera vez el boceto de la falla que hizo para la Expo de Sevilla y no se plantó?

Cuando Álvaro Pons empieza a escarbar en mis trabajos se encuentra eso y decide que es un material inédito para la exposición.

¿Por qué no se plantó?

Me proponen hacer una falla para la Expo y me sale una crítica anticolonialista... No sabía que había un plan B, y al final la falla que fue es la del Micalet y la Torre del Oro.

Ha plantado fallas en la plaza del Ayuntamiento, Na Jordana, Convento y Blanqueries. ¿Le queda El Pilar?

He dicho que no haré más fallas, pero si viniera la Falla del Pilar…. Pero ni ha venido, ni creo que venga.

He visto que uno de sus primeros dibujos es una escena de ‘western’.

Cuando tenía 17 años.

Hace poco legó una parte de su obra a la Biblioteca Valenciana.

Tengo todas las viñetas en anuarios encuadernados, hasta que me jubilé hace nueve años, con cada página del periódico y mi dibujo. Luego está todo en ordenador. Doné originales, pero es posible que cuando me muera mi familia done esos anuarios.

Es el catedrático de la sonrisa, pero con esta exposición ha pasado a doctor honoris causa.

Como únicamente tengo el título de bachiller, esta exposición es mi auténtica titulación universitaria.

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