La directora del IVAM, Nuria Enguita; el artista Jordi Teixidor, y el comisario, Joan Ramon Escrivà, han presentado la exposición "Final de partida. Jordi Teixidor", que se inaugura mañana en el IVAM Centre Julio González. La muestra reúne setenta obras de este creador valenciano, Premio Nacional de Artes Plásticas 2014 y uno de los máximos representantes de la abstracción española, procedentes de los fondos del IVAM, de museos e instituciones y de la propia colección particular del artista.

“La exposición presenta en qué ha devenido Teixidor después de tantos años dedicado a esta profesión”, ha declarado el autor. El título de la muestra procede de una obra que finalizó en el año 2020, "Fin de partie", un lienzo al que ha dedicado 18 años de trabajo. Es una pintura de grandes dimensiones que toma como referencias las obras "Bañistas en el río" y "Porte-fenêtre à Collioure", de Henri Matisse.

Exposición de Jordi Teixidor en el IVAM Levante-EMV

Según el creador, esa obra ha significado “una constante lucha contra el cuadro y contra mí mismo por superar lo que quería que fuera una representación del mundo matissiano”. Ese equilibrio entre construir y destruir es donde Teixidor considera que habita el fracaso. “No hay que tener miedo al fracaso. El fracaso es generador de muchos éxitos”, ha sentenciado.

Con "Final de partida" el IVAM revisa de nuevo los más de 50 años de trayectoria de Teixidor, tras la primera exposición que le dedicó el Museo en 1997, dando forma a un proyecto que se aleja de una retrospectiva al uso. “La intención es recopilar unos momentos determinados de su itinerario artístico y establecer nuevos diálogos que dan cuenta de la coherencia de su lenguaje plástico”, ha explicado Nuria Enguita durante la presentación.

"Final de partida" es un término utilizado en el ajedrez para referirse a un próximo desenlace, alude a la culminación de un largo recorrido de reflexión, investigación y experimentación por parte del artista, una suerte de final de partida sobre la que Teixidor ha comentado que “no sabe si habrá continuidad o no”.

La exposición termina en una suerte de capilla que invita a contemplar seis pinturas negras, una serie a la que el artista ha dedicado decenas de obras rehuyendo de las connotaciones trágicas proyectadas a través de él por los artistas del Barroco o del Informalismo. “He intentado ser honesto conmigo mismo. Siempre fui un pintor abstracto, he permanecido fiel a mi manera de expresar y de llegar a entender qué es eso que se llama arte”, ha concluido Jordi Teixidor.