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Fuera de compás

La reina del ritmo

Fernando Soriano

Simplificando: Leo Fender añadió una segunda pastilla de bobinado simple a su guitarra Esquire y la acabó bautizando como Telecaster en 1952. Este año, el icónico aparato cumple 70. Desde entonces son muchos los guitarristas que han elegido a la reina del ritmo como fiel compañera. Tipos importantes e influyentes, de esos que siempre aparecen en las listas de los mejores instrumentistas de la historia. Los más grandes de todos ellos fueron James Burton y Danny Gatton. Burton tocó con todo Dios, reinventó a Elvis en los 70 y, con su llamativa Tele flamígera, sentó las bases del sonido canónico del rock and roll. A Gatton le apodaban ‘Telemaster’, ‘El Humillador’ o ‘el guitarrista desconocido más grande del mundo’, y le daba al blues, al country y al jazz con un alucinante virtuosismo. Dos guitarristas de guitarristas que eligieron esta herramienta, al principio carente de glamour, para dar rienda suelta a su colosal talento.

La tabla, el remo, la pala, un trozo de madera atornillada a un bate de béisbol. «Le dijeron de todo menos bonica, pero se convirtió en objeto de deseo para punks, rockers, bluesmen, indies y amantes del country. El secreto de su sonido nítido, brillante, definido, recio y polivalente reside en sus dos pastillas single coil y en su posición en el puente, que le otorgan unos agudos incisivos y unos armónicos maravillosos. Esas son las características que la han elevado a los altares de los guitarristas rítmicos», asegura Jordi Soriano, productor y técnico de sonido.

Raúl Tamarit tiene una Tele con una conmovedora historia detrás. Pertenecía a Edu Fort, de ‘Una Sonrisa Terrible’, que falleció repentinamente en 2007. «Después de morir mi amigo Edu, la guitarra estuvo cogiendo polvo en un armario durante un montón de tiempo. Me ofrecieron rescatarla, hacerla sonar de nuevo, darle una nueva vida. A mí, cogerla me daba un enorme respeto y ni siquiera estaba seguro de que aquella Fender se ajustara al sonido que necesitábamos en Los Radiadores. En cuanto la llevé a un ensayo nos dimos cuenta de que era justo lo que íbamos buscando: un sonido rudo, robusto, que se acoplaba perfectamente a mi áspera manera de tocar la rítmica», explica emocionado Tamarit. «Su funcionamiento es muy sencillo porque sólo tiene tono y volumen, nos va muy bien a los patosos y, encima, es la guitarra de Joe Strummer, Muddy Waters o Keith Richards», subraya.

Más nombres legendarios. Asociamos a Jimmy Page con sus Gibson Les Paul o SG de doble mástil en los conciertos, pero durante las grabaciones de los primeros discos de los Zeppelin no se despegaba de sus Teles adornadas con espejos y dragones. Elvis Costello comenzó su carrera detrás de una Jazzmaster, pero al hacerse viejo y sabio ha apostado fuerte por la Telecaster. Albert Collins era único por su manera de pellizcarla, vaya dátiles, y de colgársela de un solo hombro. Johnny Greenwood, de Radiohead, la reponía en cuantito se la robaban, y fueron dos o tres veces. Ya ven, músicos de muy distinto pelaje confiando en un mismo instrumento, así que algo tendrá el agua cuando la bendicen. Que se lo digan a los dos gachós de Status Quo, que agua poca, pero cachondeo con sus Telecasters, todo el que quisieron rocking all over the world.

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