El artista Antonio Camaró ha organizado en València, junto a la Plataforma Intercultural de España y otras asociaciones civiles de distintos países y continentes, un ciclo de conciertos por la paz de todos los pueblos, como un alegato a la no violencia y al diálogo por medio de la cultura y el arte, según ha informado la fundación.

El pintor e intelectual nos recuerda constantemente su "compromiso por la paz y el respeto y la buena convivencia entre todas las culturas y cosmovisiones del mundo", lo que le ha llevado a ser nombrado por la UNESCO como el pintor de la concordia y la paz.

Asimismo, ha sido reconocido por distintos organismos y entidades con premios como el otorgado en la Casa Árabe y el Círculo Hispanoárabe por la trayectoria por la paz y la buena convivencia y el concedido por la Asociación de Empresarios Europeos por llevar el mensaje de una economía ética por medio del arte.

Camaró transmite con sus palabras el sentido de la vida: "Mi obra y mi trabajo es un grito para terminar con todos los radicalismos que son generadores de xenofobias y abominaciones. Por ese motivo, debemos acabar con todo discurso de odio".

El artista es el sucesor de Nicolás Roerich, el icono actual por la paz, trabajador infatigable por el bienestar del ser humano, buscando los encuentros y la buena convivencia entre todos: "Los encuentros con el otro, con lo distinto, nos enriquece a todo nuestro ser y nos hace más bellos".

Los conciertos se celebrarán el 27 de marzo, en el Anfiteatro de Benimàmet; el domingo 3 de abril, en la plaza de Patraix; el domingo 24 de abril, en el local Rincón de Ibarra, en La Punta; y en la Plaza de la Virgen, en una fecha aún por determinar.

Manifiesto por la paz

Todos los actos programados comenzarán a las 12 horas con la lectura de un manifiesto por la paz, actuaciones culturales y varias piezas musicales por la paz a cargo de la contrabajista Irene Sancho Álvarez, coordinadora de los jóvenes del Conservatorio de València que participan en estos conciertos, según las msimas fuentes.

Para Camaró, la cultura crea puentes y lazos y no muros: "La incultura genera sañas e inquinas. Por ello, nuestra voz debe alzarse para acabar contra todo totalitarismo, fundamentalismo y dogmatismo que son lacras generadoras de horror, sufrimientos, miedos y dolor por medio del diálogo, que es la única arma para acabar con toda barbarie. Por este motivo, es importante generar este tipo de encuentros".