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Vega Cantante

“Vivo muy feliz con mis noes, aunque traigan consecuencias que no son justas”

“Por primera vez llego tranquila al escenario”

Vega. / CARLOS ÁLVAREZ

Vega vuelve a los escenarios este sábado, en la sala Inn Club, con su Mirlo blanco. La apertura de puertas será a las 22.00 h. y el precio de la entrada en taquilla será de 25 euros.

Mirlo blanco es ya su décimo trabajo y la presenta con una declaración de intenciones y con un “viaje emocional” a lo largo de toda su vida, ¿cómo nació este disco?

Es un disco que habla sobre renacer, sobre encontrarse a uno mismo y superarse. Aborda temáticas de carácter no solo personal sino también social, de problemáticas que me preocupan. Es un disco crudo, honesto y tremendamente empático para quien lo escucha.

Decía que Mirlo blanco pensaba que sería la última canción que escribiese, pero vinieron más, ¿qué le hizo cambiar de opinión?

Esto fue antes del 5 de octubre de 2019, de un concierto muy bonito en el que estuve rodeada de amigos a los que admiro mucho como Budiño, Guadi Galego, Andrés Suárez, Mäbu, Eva Amaral... Entre el público y ellos hicieron que me replantease eso de dejar el mundo de la música. Me hizo darme cuenta de que lo que más me gusta es el directo, que es donde realmente soy feliz.

Tomar la decisión de dejar la música, sería casi como un divorcio...

Estaba cansada. Es, efectivamente, como cuando una relación no funciona. Mi relación con la industria no acababa de funcionar y tengo claro que no era por mí. A mí no me gusta cómo funciona la industria musical, para mí está vacía de valores y me cansé. Lo que pasa es que una parte de esa industria me recordó que hay cosas buenas. Aquí estoy, gracias a ellos y a mi público, que ha permitido que tenga una carrera de veinte años.

Reivindica en Mirlo Blanco el valor del no y de vivir con las consecuencias de decir que no...

Como mujer, tanto en el aspecto profesional como personal, he dicho que no y he vivido feliz con mis noes, otra cosa es que mis noes traigan consecuencias que no son justas.

¿Ha ayudado la pandemia a que su público la entienda mejor o a que llegue a gente que no la conocía?

La pandemia nos ha hecho un reescalado de nuestras prioridades. Fue una época en la que nos hemos sentido vulnerables y eso hizo aflorar carencias que teníamos y que empezásemos a vivir de otra forma y eso implica poner sobre la mesa los valores. Mi música está llena de eso y yo creo que sí, que por eso el público es capaz de conectar más conmigo ahora.

Habla también de hacerse mayor, de las canas, de la experiencia, ¿se vio sometida a la tiranía de la juventud?

La tiranía de la juventud le afecta incluso a los jóvenes porque vivimos con el móvil en la mano, con las redes sociales, mostrando instantes bonitos de nuestra vida. Esto tiraniza a cualquiera y trae grandes problemas incluso de salud mental. Yo me muestro como soy. Tengo 43 años y, para mí, el paso de los años es experiencia, incluso en la música.

Después de esta ruptura y reconciliación con la música, ¿vuelve con más ganas o con más cautela?

Con más ganas que nunca, pero son unas ganas que se expresan de una forma mucho más tranquila, son las ganas de una persona que está en equilibrio. Es difícil, pero me tomo la música de otra forma, sigo teniendo nervios, pero llego tranquila por primera vez al escenario.

Está rodeada de grandes músicos en este disco, está Budiño, está Guadi Galego, ¿le dan fortaleza?

De todos los sitios en los que he estado me llevo lo mejor de su gente, de su folclore... Ellos, además de grandes músicos son amigos. No responde a una estrategia sino que es amistad real de personas que se unen a mi proyecto y suman. Para mí es un privilegio como artista y un orgullo como amiga contar con ellos.

¿Piensa mucho en qué vendrá después de este Mirlo blanco?

No. Estoy disfrutando del momento. Este es un disco que no nació con la pretensión de ser un disco y no le voy a hacer sufrir las imposiciones de la industria. Quiero que camine y disfrutarlo y ser feliz con lo que traiga. Voy a vivir el momento, que creo que es lo que hay que hacer después de la pandemia. Cuando sacas un disco, estamos todos muy pendientes de a dónde va a llegar, dónde queremos tocar y, honestamente, esto empieza a ser secundario. El público me canta de la primera a la última canción y eso ya es un regalo.

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