Un parque de atracciones nocturno entre arrozales. Esa es la imagen que siempre he tenido de la Ruta del Bakalao, una pieza fundamental para entender el imaginario valenciano, como la paella rusa de Joan Monleón o incluso la Riuà. Como treinteañera concebida en los años de La Ruta, he crecido envuelta en el romanticismo de aquella época de libertad y desenfreno de la que gozaron mis padres. Por eso, es inquietante ver cómo resucita nuevamente en revistas, discos, colecciones de moda, series y hasta en museos.
La exposición «Ídolos del pop» del MuVIM, en 2013, inició el camino para dignificar este fenómeno underground, una tarea que recientemente ha culminando con la publicación de ‘La Ruta gráfica. El diseño del sonido en València’ (Barlin Libros) y su posterior exposición en el IVAM, que desde su apertura el pasado mes de marzo se ha convertido en un hervidero de visitantes, la mayoría jóvenes.
«La Ruta es un fenómeno tan potente que sabíamos que iba a regresar de un momento a otro», explica Alberto Haller, editor de Barlin y uno de los comisarios de la muestra del IVAM. «Las modas son cíclicas, siempre vuelven. Aunque incluso en esto, ‘La Ruta’ es diferente porque también hay una intención de hacer justicia al fenómeno. Por un lado, hubo un discurso oficial que demonizó a La Ruta. Sin embargo, esta visión jamás ha sido compartida a nivel popular. Que hubiese tanta distancia entre la versión oficial y la de la calle ha hecho que ahora la gente quiera recuperar sus recuerdos, hacerles justicia. Hay una generación de valencianos que lleva escuchando casi toda la vida que lo que vivió en su juventud fue una mierda para València», asegura Haller, que reconoce que uno de los grandes motores de este ‘revival’ es precisamente la nostalgia. «Este fenómeno apela a la juventud de la gente, es decir, a la época más bonita de la vida de cada persona, por eso ahora arrastra a tantas personas. Por un lado, están los que lo vivieron de verdad, y por otro, las nuevas generaciones, que sienten una gran curiosidad por lo que vivieron sus padres». Ha habido libros que han allanado el camino para el resurgir del fenómeno. Uno de ellos es el de Joan Oleaque, ‘En éxtasis’, el manual que han utilizado los productores de la serie «La Ruta» para su rodaje en la C. Valenciana. En él aparecen nombres como el de Juan Santamaria, considerado el padre de la Ruta del Bakalao, un «visionario» que comenzó el movimiento de manera embrionaria en la parte musical, o Carlos Simó, el legendario Dj de Barraca.
Según la periodista especializada en moda Patricia Moreno, La Ruta se diferencia de otros fenómenos underground porque «fue fruto del movimiento obrero». «La Movida Madrileña, era de origen burgués, pero el Bakalao era una moda seguida genuinamente por la clase trabajadora. Aproximarse ahora al fenómeno, aportando una mirada actual, puede ser muy enriquecedor porque podemos añadir otros elementos», señala Moreno, ya que La Ruta se ha expandido en los últimos años de manera trasversal.
Música: Orxata, VVV...
A la hora de hablar de la vigencia de La Ruta en la música, el comisario de la muestra del IVAM y director del festival Volumens, Antonio J. Albertos, menciona a la banda madrileña ‘neo-bakala’ VVV [Trippin’you], Antoni Maiovvi, el grupo Sindicato Vertical, los alcoyanos We Are Not Brothers o Frigio Records. Aunque reconoce que para entender el fenómeno musicalmente hay que separar dos décadas, los 80 y los 90. «La última etapa se explotó muy bien comercialmente, incluso años después, pero los 80 están siendo el blanco de las nuevas generaciones», explica.
Durante la presentación de la muestra «La Ruta gráfica», Albertos recordó a la primera banda valenciana que reivindicó el bakalao como fenómeno cultural en los 2000, Orxata Sound Sytem. Su segundo disco fue dedicado a la discoteca ACTV, con el diseño de Quique Company como portada. El disco incluía los temas «Palmera destroy» o «Tesla», muy «bacalaeros». Otra banda valenciana que acaba de sumarse al fenómeno es Muevelorreina, con el tema «Eiffel».
Moda: las gafas de sol y el elástico
Para Patricia Moreno, docente y periodista especializada en moda y cultura, hay tres productos culturales que le han transportado directamente a La Ruta en los últimos años. El primero fue en 2016, cuando la diseñadora valenciana Pepa Salazar dedicó una colección a La Ruta, con una sesión de fotos ante las discotecas Puzzle y Barraca. «Era un momento en el que el tema estaba todavía por abordar. La diseñadora decidió otorgarle una sensación apocalíptica a su propuesta haciendo la sesión de fotos a plena luz del día. Tanto Pepa como el diseñador extremeño Miguel Becer han activado los códigos estéticos de La Ruta en la moda española», comenta la periodista, que cita la marca ManeMane, Paloma Wool o Biis.
El segundo paso lo dio el productor y músico Alizz con el videoclip «El Encuentro» en 2020, grabado en Cullera junto a Amaia, y el tercero Netflix, con una video-promoción en la que presentaba a los nuevos actores de sus series en un párking con música de Pont Aeri.
En relación a la moda, Moreno asegura que actualmente podemos ver el fenómeno en muchos escaparates. «La customización de prendas ha estado presente en todo movimiento underground por la idea ‘antisistema’. Lo que hace la industria de la moda es apropiarse de esos códigos para generarlos en masa. Ha pasado con los parches, las chapas, los pantalones desilachados... La industria se adueña de la estética», añade Moreno, que señala los tops, los vestidos ajustados elásticos o las gafas de sol por la noche como ecos de La Ruta. Esta última tendencia, la de las gafas de sol, ha sido reinstaurada por Balenciaga. «Es quien dicta las tendencias en la actualidad. Durante la pandemia, la marca hizo un show en las calles de París, donde los modelos desfilaban con gafas de sol de noche, en una clara relación al mundo del tecno», explica.
De lo underground a lo ‘mainstream’
Según Antonio J. Albertos, la clave para que nos atraiga La Ruta es simplemente la «curiosidad». «Todo vuelve, son ciclos. En lo años 80 se escuchaba música garajera de los 60. Vosotros, los jóvenes, conocéis La Ruta por anécdotas o documentales , pero no tenéis vivencias. Tener la oportunidad de sumarse ahora al fenómeno tiene atractivo», señala el comisario.
Para Patricia Moreno, el futuro estreno de la serie «La Ruta» será la guinda del ‘revival’, ya que supone pasar el fenómeno definitivamente al terreno comercial, a lo mainstream. Aunque tras el estreno pueden pasar dos cosas: que acabe por agotar el tirón de La Ruta o que lo relance aún más. En cualquiera caso, según la periodista, el balance para València será positivo. «Estamos viviendo un momento cultural muy dulce y que se dignifique parte de nuestro pasado cultural es bonito y justo», concluye.