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La locura entre arte y la ciencia

La exposición de La Nau incluye obras de Sorolla, Ribera, Goya y Equipo Crónica, reliquias, libros y aparatos médicos

«Espejo del mundo», de Patricia Gómez y Mª Jesús González . JM López

Hipólito Rovira falleció el 7 mayo de 1765 en el Hospital General de València donde había sido ingresado por tercera vez para tratar sus problemas mentales. Lo había llevado hasta allí su «protector» Ginés Rabasa de Perelló, Marqués de Dos Aguas, para quién Rovira había diseñado la imponente fachada de su palacio, uno de los grandes ejemplos del arte rococó en Europa.

El grabado de Rovira que sirvió a Ignacio Vergara y Luis Domingo para esculpir esa portada forma parte de la gran exposición dedicada a la locura que hoy se inaugura en La Nau. Una experiencia que aúna arte y ciencia, que ocupará todo el Centre Cultural y el Palau de Cerveró y que constituye por ello uno de los proyectos expositivos más ambiciosos que ha afrontado la Universitat de València desde hace años.

Comisariada por Cándido Polo y Ana Hernández, «La nave de los locos, una odisea de la sinrazón» invita a reflexionar sobre la relaciones que desde hace seis siglos mantiene la sociedad valenciana con sus enfermos mentales. Para ello, la muestra recorre espacios de atención a la locura, hospitales y manicomios y toma testimonio de como la ciencia, los medios y las artes trataron y reflejaron la locura.

Junto al diseño de Rovira para el Marqués de Dos Aguas -y el registro original de su ingreso en el manicomio- la exposición ha reunido en la Sala Acadèmia varias obras en las que Sorolla, Goya, Vergara y Ribera, el Equipo Crónica, Artur Heras, Manuel Boix, Anzo, Genovés y José María Gorris tomaron la locura como motivo artístico.

La locura entre arte y la ciencia

También encontramos esta relación entre el arte y la salud mental en la instalación «Espejo del mundo» que ocupará la Sala Oberta. En ella, Patricia Gómez y María Jesús González han recuperado 113 espejos del Hospital Pare Jofré de Bétera, el último psiquiátrico que ha habido en la Comunitat Valenciana, y los confrontan a 113 fotografías tomadas en estas mismas instalaciones ahora abandonadas.

Además de obras artísticas, la exposición recoge en la Sala Acadèmia documentación histórica y científica, conservada desde 1409, incluyendo numerosas publicaciones, reliquias, objetos y planos que permiten reconstruir los vestigios arquitectónicos del Hospital de Folls y del Hospital General, las dos instituciones que hicieron de València una de las primeras ciudades del mundo (que no la primera, tal como subrayó Cándido Polo) en oficializar de alguna forma el cuidado de los enfermos mentales.

El recorrido continúa por la Sala Estudi General a través de materiales y objetos del periodo contemporáneo, que se inició en el último tercio del siglo XIX con el traslado provisional del psiquiátrico al Convento de Santa María de Jesús, hasta la construcción del Hospital de Bétera.

Por último, el Palau de Cerveró, sede del Instituto de Historia de la Medicina y de la Ciencia, acogerá la sección «La piedra de la locura», una muestra comisariada por Enric Novella y Javier Balaguer que muestra la evolución de la concepción de la locura a nivel terapéutico, desde sus primeros remedios como las sangrías y tratamientos de origen vegetal, pasando por la aparición de la psiquiatría como especialidad médica y concluyendo con la irrupción de la psicofarmacología a mediados del siglo XX.

A la izquierda, cabeza usada para el estudio de la frenología, una pseudociéncia muy popular durante el siglo XIX. Abajo, «El patio de las tentaciones», una pintura del Equipo Crónica que representa a la mística Santa Teresa de Jesús, que se puede ver en la muestra.

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