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El valenciano que escribe la ópera del futuro

El compositor de 31 años Joan Gómez Alemany estrena hoy en Austria su primera ópera, que mezcla cine, música contemporánea y literatura

El valenciano que escribe la ópera del futuro

Romper con lo anterior para comenzar a imaginar -y crear- la ópera del futuro. Esa esa es una de las ideas del joven compositor valenciano Joan Gómez Alemany, que hoy estrena en Graz (Austria) su primera ópera de cámara, que mezcla cine, literatura y artes escénicas. ‘Glücklich, die wissen, dass hinter allen Sprachen das Unsägliche steht’ (Felices los que saben que detrás de todos los lenguajes se encuentra lo indecible) es fruto de cuatro años de trabajo interdiciplinar entre lo audiovisual y lo sonoro, a caballo entre España y Austria.

Este valenciano estudió Bellas Artes en la Universitat Politècnica de Valencià (UPV), donde actualmente elabora una tesis doctoral sobre la interdisciplinariedad artística. De hecho, la ópera que estrena hoy forma parte de este trabajo. «Los géneros se han disuelto gracias a la mezcla entre las artes», asegura Gómez Alemany, que también estudió la carrera de Piano en el Conservatorio Superior Joaquín Rodrigo de València para pasarse después a la Composición en el Conservatorio Liceu de Barcelona. Se mudó a Austria para echar raíces en el sector de la música contemporánea centroeuropea. «Una ópera como la que he hecho sería imposible en España porque muy pocos teatros apostarían por un compositor joven», lamenta Gómez Alemany. Su pieza forma parte de un ciclo dedicado a jóvenes compositores de todo el mundo llamado Zeit. Vergänglich (Time. Efímero).

Su principal propósito

El proyecto bajo la responsabilidad del director de escena Christoph Zauner y con dirección musical de Leonard Grams, se inscribe en el ciclo Opern der Zukunft (Óperas del futuro). Iniciado el 2007, la Ópera de Graz y la Universidad de Arte de Graz han estado cooperando para la renovación del género, una prioridad para este joven de 31 años. «En esta producción se entremezcla la música, la literatura y el audiovisual. Este género suele poner el acento en lo literario y en lo musical, por eso mi apuesta es introducir el cine. Creo que ese es el principal reto que tiene la ópera en el siglo XXI», explica.

El libreto cuenta con textos que van del siglo XV al XXI. Concretamente, de autores como Rainer Maria Rilke, Friedrich Hölderlin, Novalis, Angelus Silesius y Fernando de Rojas, autor de ‘La Celestina’. De hecho, durante la función se proyecta un corto inspirado en esta obra clave de la literatura hispánica titulado ‘Arma del diablo, cabeza del pecado, destrucción del paraíso’. Rodado por el propio Gómez Alemany, fue estrenado previamente en la Sala Berlanga de Madrid dentro del ciclo ‘SGAE en Corto’.

El libreto es un collage de textos escritos en español y alemán, y van desde lo «reflexivo» a lo «metafísico». «Lo literario y lo conceptual están al mismo nivel, algo que no suele suceder en la ópera», cuenta el valenciano, ya que el libreto no tiene un hilo argumental narrativo, a diferencia del corto que se proyecta durante la función. «Quería que todas las artes conviviesen en igualdad. Aquí, la voz no solo canta, sino que susurra,y también deconstruye el lenguaje y el significado», añade. En la función participan cuatro cantantes (soprano, alto, tenor y bajo) y 12 músicos.

El título de la pieza hace referencia a una cita del poeta Rainer Maria Rilke, que según el joven reúne toda la intención de su ópera: «Cuestionar nuestra realidad».

«La ópera del futuro tiene que romper con la época anterior y no reformar lo que se ha hecho hasta ahora. Las producciones actuales adaptan títulos famosos a través de la escenografía. Mantienen el texto y la música para renovar la superficie. Considero que hay que hacer lo contrario. Necesitamos nuevos textos, con historias contemporáneas, con tal de dejar a un lado las escenas típicas de la ópera tradicional. Además, estos libretos deberían estar acompañados de música más exigente para hablar de la complejidad de nuestro mundo», explica Gómez Alemany.

A pesar de que reconoce que la escenografía ha incorporado avances tecnológicos, asegura que la mezcla de discplinas artísticas no es visible todavía sobre el escenario. «En la ópera actual se busca innovar en escenografía para causar impacto en el público. Prefiero una mezcla entre varias tradiciones, el cine, la pintura... Los museos de arte contemporáneoo han avanzado mucho al respecto, pero los auditorios se han quedado atrás. Romper e innovar es el único camino que hay para que la ópera del presente cree una tradición propia», concluye el joven.

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