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Sorolla reabre la histórica Sala de las Cariátides de Milán 70 años después

Picasso fue el primero en utilizar el espacio tras su destrucción con el ‘Guernica’

Sorolla reabre la histórica Sala de las Cariátides de Milán.

Joaquín Sorolla ya ha pasado a la historia como el segundo español que consigue abrir la famosa Sala de las Cariátides del Palacio Real de Milán, símbolo de la nobleza del norte de Italia y uno de los pocos vestigios del lujo de los Saboya.

Actualmente, esta sala está celosamente guardada por la dirección del Palacio, ya que tanto su estructura como su decoración neoclásica quedaron seriamente dañadas durante los bombardeos ingleses de la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, el museo quiso volver a abrir sus puertas con motivo de la fiesta de clausura de la exposición de «Sorolla. Pintor de luz», que ha registrado más de 60.000 visitas desde febrero, una cifra récord teniendo en cuenta que ha doblado las de otra exposición del centro de arte dedicada a Tiziano.

El Palacio Real de Milán ha sido sede de los gobiernos milaneses desde el siglo XIII. Junto al Duomo, que se encuentra a pocos metros de su entrada, es uno de los símbolos del poder y la cultura en la ciudad. El arquitecto Giuseppe Piermarini fue el encargado de remodelar el palacio al estilo neoclásico en el siglo XVIII después de mostrar su buen hacer en el Teatro de la Scala de Milán. Junto al decorador Giocondo Albertolli diseñó la Sala de las Cariátides, una enorme sala de baile para recepciones oficiales. Miembros de la casa Saboya habitaron el Palacio hasta la llegada de la Segunda Guerra Mundial, cuando este espacio quedó seriamente dañado. El 15 de agosto de 1943 las bombas inglesas cayeron sobre el Palacio Real de Milán, afectando gravemente el techo de la Sala de las Cariátides. El fuego provocado por las bombas acabó devorando no solo el techo sino los muebles, las pinturas y la decoración de la sala de baile. Su restauración comenzó después de la guerra, pero para entonces las lluvias ya habían afectado parte del suelo.

Pese a todo, la sala conservó parte del esplendor del pasado. De hecho, Pablo Picasso eligió este espacio para exhibir el Guernica (1937) en 1953. Hasta el pasado miércoles, el malagueño era el único artista que había conseguido reabrir la sala después de su destrucción. El éxito de la exposición de Sorolla consiguió convencer a la gerencia del Palacio Real de Milán para celebrar en la sala el cóctel final de la muestra.

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Fiesta con sabor valenciano

El evento se celebró respetando las indicaciones de los conservadores del museo. La organización colocó mesas altas para los más de 100 invitados al evento. El plato estrella fue un jamón que entusiasmó a los profesionales turísticos y culturales del norte de Italia, y la bebida principal fue un cóctel firmado por el valenciano Iván Talens inspirado en las obras de Sorolla. El cóctel de Talens estaba caracterizado por el equilibrio de sabores, con especial acento en lo cítrico.

Al evento asistió el director general de la Fundación Visit Valencia, Antonio Bernabé; el concejal de Turismo del Ayuntamiento de València, Emiliano García; la consejera de Turespaña en Milán, Isabel Garaña; o el director del Palacio, Domenico Piraina. La exposición cerrará al público este domingo.

Sorolla reabre la histórica Sala de las Cariátides de Milán

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