El 13 de agosto de 1942, en el Carthay Circle de Nueva York, tuvo lugar el estreno de una de las obras más maduras y tristes de la cinematografía de Disney, la primera en mostrar la muerte de una forma directa a los niños, la historia del pequeño cervatillo Bambi, que 80 años después sigue provocando lágrimas.

La muerte de la madre de Bambi a manos de un cazador sentó un precedente dentro del cine de animación infantil, ya que era la primera vez que se mostraba este tema de una manera tan evidente a los niños.

Walt Disney defendió la idea de que la muerte también debía estar presente en sus relatos. “No creo que haya que aligerar los hechos para los niños, tanto en la vida como en el cine”, argumentó, según recoge el libro “Los archivos de Walt Disney”.

La cinta narra la historia de cómo ese pequeño cervatillo tímido que vive con su madre en el bosque poco a poco va haciendo nuevos amigos como el conejo Tambor, la mofeta Flor y la cervatilla Faline, a la vez que va aprendiendo grandes lecciones de su madre.

Cuando la pierde, Bambi se va a vivir con su padre, el Príncipe del Bosque y tiempo después, se convierte en un ciervo joven y fuerte, que tendrá que luchar por el amor de su vida Faline, la cierva que conoció de pequeño y enfrentarse a su peor enemigo, el hombre.

La génesis del proyecto vino dada por el cineasta Sidney Franklin, quien adquirió los derechos del libro “Bambi. Historia de una vida en el bosque” (1923) de Félix Salten, en 1933 y le habló de la posibilidad de hacer una película animada sobre ello a Walt Disney.

Este clásico no se hizo de la noche a la mañana, sino que fue el resultado de un largo proceso. Las primeras conversaciones tuvieron lugar en 1933, pero por aquel entonces Disney todavía no se había planteado hacer ninguna cinta de animación -la primera fue 'Blancanieves y los siete enanitos' en 1937-.

Fue en abril de 1937, en medio de la producción de su primer largometraje cuando Disney contactó de nuevo con Franklin para comprarle los derechos cinematográficos de 'Bambi' y contratarle formalmente para que colaborara en la adaptación del guion.

Ésta iba a ser la segunda película de su estudio después de 'Blancanieves', pero la dificultad de reflejar los movimientos de los animales con total fidelidad acabó retrasándola cinco años.

Al estudio, entre otros animales, llegaron dos cervatillos pequeños para que, durante los siguientes años, los animadores pudieran observarlos, estudiarlos y dibujarlos en todas sus fases de crecimiento, así como la forma que tenían de moverse. Gran parte del encanto de los fondos y los personajes se debió al artista chino Tyrus Wong.

Sin embargo, pese a todos los esfuerzos que pusieron tanto Disney como su equipo y del gran presupuesto, 'Bambi' no tuvo buena acogida. Los críticos señalaron, justamente, el carácter duro de su narración por considerarla no apta para los niños.

Por otro lado, mientras que la mímica de los protagonistas, basada en gestos de niños reales, fascinó a los espectadores, algunos expertos consideraron extrema la dulcificación de los animales.

Estrenada en plena Segunda Guerra Mundial, 'Bambi' registró pérdidas al principio. Pero, un año más tarde, en 1943, fue nominada a tres Óscar (Mejor Sonido, Mejor Canción por “El amor es una canción” y Composición Musical Original), y una vez acabada la guerra, en 1947 volvió a los cines, esta vez con un notable éxito.

'Bambi' es considerada hoy una joya y en la lista de las diez mejores películas de animación de la historia del American Film Institute (AFI) ocupa la tercera posición, por detrás de “Blancanieves” y “Pinocho”.

Disney consiguió crear un personaje inolvidable y una película llena de emotividad y sutileza. Y es que Bambi no solo cuenta las andanzas por el bosque de un cervatillo junto a sus amigos, sino que habla de la importancia de la amistad, del amor y de la valentía para afrontar los momentos más difíciles de la vida.