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Contracorriente

Paula Labordeta: "Mi padre dignificó la política"

«Era frágil y tierno y, sobre todo, dudaba de todo. No era como parecía», afirma la hija de Labordeta.

Paula Labordeta en los cines ABC Park.

La película Labordeta, un sombre sin más repasa los momentos vitales que convirtieron al aragonés en un personaje muy querido en toda España, pero además desvela su lado más íntimo a través de un diario personal descubierto poco antes del rodaje, imágenes inéditas del archivo familiar y los recuerdos de su mujer, sus tres hijas y sus dos nietas.

¿Labordeta era un hombre que, queriendo ser un hombre sin más, acabó siendo un hombre excepcional?

Como hija, todos pensamos que nuestros padres son excepcionales, pero cuando tienes un padre como Labordeta es algo más. Yo recuerdo al padre que gritaba o al que me esperaba a las cinco de la mañana porque llegaba tarde, también al que iba ver cantar o leía sus poesías, pero también sabía cómo era fuera. Yo he compartido a mi padre con Aragón y con media España. Es un orgullo ser su hija, que te voy a decir.

¿Cómo era en la intimidad?

Un hombre bueno con mucha empatía.

¿Qué imágenes son las que más les ha costado compartir?

Lloramos mucho montando el comienzo, pero no costó montarlo. Las imágenes nos llevaban. Lo que más, el «Canto a la libertad». Pensaba que al final le iba a coger manía. Dos minutos y medio, nos costó de montar dos semanas, porque queríamos darle la grandeza que tiene y era muy complicado.

¿Era tan frágil como aparece en el documental?

Era frágil y tierno y, sobre todo, dudaba de todo. Pero a la vez tenía una fortaleza increíble. Mi padre no era como parecía. Él decía: ‘No soy tan malo, es el bigote y las cejas que las tengo hacia abajo y parece que esté siempre de mala leche’.

¿Es el documental, además, un paseo por la historia reciente?

Los personajes tienen sentido en un contexto. La lucha política y la canción tiene el contexto de la dictadura. La película es, sobre todo, un legado para un público joven que no sabe cómo llegó la democracia a este país y, no nos olvidemos, se tuvo que luchar por ella. Al ver la película, la gente se va a sorprender porque en algún momento se va a sentir representado, porque todos hemos tenido alguna perdida y aquí se habla mucho de eso. La gente joven se cree que ha inventado la ecología y lo de la España vaciada y este señor, en los años sesenta, ya estaba hablando de eso. Todo lo que decía Labordeta está ahora mismo vigente, cosa que para mi es muy triste, porque significa que no hemos avanzado nada.

¿Necesitaba la familia reivindicar su figura?

No sé que decir, pero sí creo que este documental es ahora más necesario que nunca , porque hace falta dar a la gente ilusión, y que sepan que luchando se pueden abrir puertas y, creo, la gente joven esta ilusión la va a comprar. Mi padre planteaba muy bien la lucha y, ahora mismo, la gente está pidiendo lucha. Necesitaríamos muchos como él.

¿Qué pensaría de la España de hoy?

Tendría 87 años y estaría muy enfadado porque, entre otras cosas, no le gustarían nada los individualismos porque él abogaba por la lucha colectiva. Creo que aún seguiría en la lucha y oiríamos su voz, y muy alta además.

Parece, según se desprende de su diario, que ha sufrido mucho.

Es cierto. No sabíamos de la existencia de este diario hasta dos meses antes de empezar a rodar que es cuando lo encontró mi madre. Refleja que vivió en una España que no le dejaba ser lo que él quería ser: libre.

Confiesa que sufrió un bajón y que esa tristeza le empujó a dejar la canción.

La dejó muchas veces. Su primer disco ya pensaba que iba a ser el último. Sufría mucho porque luchaba y veía que no. Con la democracia sintió que a los cantautores había que apartarlos y eso le provocaba un sufrimiento brutal

¿Nunca le pidieron que se apartara de la lucha?

No.

En la época de Aznar, dice que lo pasó muy mal.

Pero él hacía más falta que nunca y jamás se lo hubiéramos pedido. En casa contaba lo que estaba pasando pero sabía dejar lo malo en el Congreso. Él dignificó la política, cosa que ahora mismo estaría bien que alguien fuera capaz de hacerlo.

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