Sandra Barneda acaba de publicar su último libro, Las olas del tiempo perdido. Un libro que recuerda la importancia de pertenecer a una tribu, de, siendo adultos, recuperar a los niños que fuimos. Barneda, al tiempo que promociona su libro (Planeta) presenta el realty La isla de las tentaciones, todo un éxito de audiencia en Telecinco.

¿A los amigos se les perdona todo?

Casi todo. Creo que a los amigos se les da más oportunidades que a las parejas. Los amigos te aceptan y es algo recíproco. Los amigos te juzgan menos y por eso se les perdona más.

¿Es de las que cuida la amistad?

En la novela, mi objetivo era dar a la amistad el valor que se merece y el que, particularmente, tiene para mi. Creo que he sabido elegir muy bien a mis amigos y me han cuidado mucho. A lo largo de mi vida, he tenido muy buenos amigos y, cuando he dicho que me han cuidado, es porque yo no he sido muy cuidadora en cuanto a mantener el vínculo, per , desde hace unos años, he entendido la importancia de mantener esos vínculos.

¿Es un poco como su personaje Belén que, cuando está sola, es cuando la pone en valor?

Sí, al final ese es un punto de reflexión. Ese recorrido vital que hace Belén, y todo lo que le ocurre y cuando le ocurre al echar la vista atrás, es lo que le hace pensar que necesita ese reencuentro. Ella necesita ver a esos amigos que lo han significado todo en su vida y juventud y que, por algo inesperado en este caso una muerte, dejan de verse y de hablar y dejan, incluso, de compartir el dolor.

¿Siente que la vida es un arrepentimiento contínuo?

Mis personajes están heridos y, sin llegar a arrepentirse , las heridas sí que tienen que coserse y cicatrizar. Ellos decidieron darle la espalda con el olvido a lo ocurrido, pero el olvido es igual de caprichoso que el amor y él decide qué olvida y qué no y eso se queda ahí internamente aunque tu no lo quieras ver y sentir. Y, cuando se reencuentran, ocurren muchas cosas.

En el caso de la novela, la muerte es un motivo de celebración y reconciliación.

¡Es fuerte, eh! Es muy bizarro lo de celebrar el cuarenta cumpleaños de un muerto, pero al final, es el cumplir un deseo. El soplar las velas de la manera que deciden es la evolución de su reencuentro y el volver a ser los cinco que vivían esas aventuras aun siendo adultos, es como el reconectar con la esencia.

Barneda, ayer en Levante-EMV RAUL RODRIGUEZ

¿Usted era lectora de Los cinco?

Era más de Ester y su mundo y Los cinco los heredaba de mis hermanos y sí, también los leí. 

Es muy fácil empatizar con sus personajes porque, en algún momento y ante un episodio trágico, todos hemos tratado de olvidar lo sucedido para avanzar y no sufrir. 

Las olas del tiempo perdido va al corazón de la vida y en la complejidad de las decisiones que tomamos tanto en la acción como en lo que decidimos no vivir, no hablar o no sentir. Pero a veces, la vida es tan bestia que dejamos de llevar el timón. La vida es tan maestra que cuando te crees que decides, aparece algo, te lo pone delante y todo patas arriba otra vez. En la novela ellos han querido olvidarse pero, por una promesa bizarra a un muerto, no pueden decir que no y se tienen que reencontrar en esos cuatro días en los que regresan a los veranos de juventud y, en eso, creo que la gente empatizará. La novela tiene un punto de nostalgia bonita.

La novela, en algunos tramos, parece que es todo un experimento sicológico.

Juego mucho con los arquetipos y, en esta novela, me preocupaba mucho que quedara marcada la diferenciación de los personajes. Inicialmente son cinco los amigos, luego realmente son doce porque están las parejas , lo que me ha servido para describir  relaciones como la de la soltera que se inventa un novio, el trío, la pareja tradicional pero con cositas detrás, la pareja más moderna que atraviesa por una crisis brutal... hay de todo. En la historia también se invita a reflexionar sobre cómo nos relacionamos emocionalmente en el amor.

¡Qué sería la vida y, la amistad, sin conflictos!

¿Pues qué seria la vida sin los valles o los picos? ¿qué sería el mar sin las olas? Necesitamos de los conflictos para crecer y darnos cuenta de cosas. Son como las crisis, que son momentos en los que la vida te obliga a parar para reflexionar.

Barneda acaba de publicar Las olas del tiempo perdido RAUL RODRIGUEZ

¿Es una mujer nostálgica?

Esta novela la escribí en un momento en el que estaba especialmente nostálgica.

¿Tenía claro desde el principio que Las olas de tiempo perdido iba a ser un canto a la amistad y a la esperanza?

Sí, clarísimo. Quería hablar del poder de pertenencia, de lo que te da la amistad, del sostén. Un canto absoluto a los amigos. Siempre pienso que le damos muchas medallas a las parejas, al amor romántico, a la familias, pero los amigos, sea la tribu que sea, es importantísimo, de ahí lo del reencuentro.

Escribir esta novela tras haber sido finalista del Planeta ¿le ha presionado?

No, porque hubiera sido imposible escribirla. Yo elijo la historia que me quiero contar a mi, porque voy a estar dos años trabajando, aprendiendo y viviendo con ella y no pienso si va o no a gustar. No pensé para nada en lo que me dio ser finalista del Planeta. Cuando terminé la historia si que pensé en si iba a gustar más o menos que Una océano para llegar a ti pero una vez terminada. Y sí, si creo que va a gustar.

El viento en la primera novela, la tierra en la segunda, el agua en la tercera, el océano en la quinta y las olas en la sexta....

Creo que me he obsesionado con las emociones y uno de los símbolos de las emociones es el agua, puede que sea por eso.

Coincide la presentación de la novela con la nueva temporada de La isla de las tentaciones, ese programa si que es digno de un experimento sicológico.

Los orientales hablan del yin y el yang. Mi yang es la parte televisiva y el yin donde fluyen las emociones y la creatividad. Esto es un trabajo artesanal, es ir palabra tras palabra y esculpiendo la historia. Escribir es mi contacto con el inconsciente, me calma y me da equilibrio.

¿Los personajes del reality le sirven para sus historias?

Seguramente. Cuando escribes recoges mucho de tu inconsciente y de tu madeja emocional, pero conscientemente no me fijo porque son personajes más jóvenes. Pero sí creo que para escribir hay que vivir mucho porque recoges muchas cosas y en La isla se vive muy intensamente

¿Ya está en marcha su nueva novela?

Estoy eligiendo la historia pero no he empezado a escribir. En la promoción me despido de la novela y de los personajes y, antes de empezar, necesito resetearme. Aun tengo la historia de Las olas muy presente dentro de mi y necesito limpiar y resetear