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FELIPE TIRADO PROFESOR EMÉRITO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Y EXPERTO EN EVALUACIÓN DE MUSEOS

"Un buen museo es el de Historia de València, enriquece, entretiene y hace entender la ciudad"

«La entrada de los museos debería ser gratuita, lo contrario es empobrecer y cerrar fronteras, una injusticia social»

El profesor emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, Felipe Tirado, en la Facultad de Filosofía de València. | MIGUEL ÁNGEL MONTESINOS

El profesor emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Premio Nacional de Psicología 2018 de su país, Felipe Tirado, destila pasión por la palabra por los cuatro costados y así lo demuestra en su conversación. Los años le avalan: durante 45 años se ha dedicado a la investigación y enseñanza de la psicología educativa. Experto, entre otros asuntos, en evaluación de museos, ha visitado València y durante su estancia ha impartido a estudiantes de Pedagogía de la Universitat de València una conferencia en la que gran parte del discurso se centró en el papel educativo y de formación de los museos.

Los directores de museos y gestores culturales se afanan en que hay que perder el «respeto» al museo, en el sentido de dejar de tenerles miedo o percibirlos como algo lejano, que no se puede tocar y hay que guardar silencio sepulcral. ¿Se está consiguiendo?

El lenguaje genera percepciones. Yo creo que en realidad se está ganado familiaridad de las audiencias. El museo nace de las colecciones y los humanos coleccionamos lo más preciado, el patrimonio de los pueblos.

Usted es experto en evaluación de museos. ¿Cuándo podemos decir que estamos en un buen museo?

Un museo es bueno cuando cumple sus propósitos. Hay museos con grandes audiencias que se convierten en centros recreativos. Cada museo tiene sus propios propósitos. El buen museo trata de explicar al visitante lo que hay en él.

Si vamos, por ejemplo, a París y visitamos el Louvre, las colas se agolpan frente a la «Gioconda» de Leonardo da Vinci. A veces somos los propios visitantes los que reducimos la experiencia del museo a su mayor obra maestra, al objeto de admiración.

No lo creo. El museo es el responsable de manejar a sus visitas.

En ese sentido, queda mucho por hacer en mediación.

Pongo un ejemplo. En los Museos Vaticanos yo no dejaría entrar más que a un grupo selecto que sepa y tenga interés en qué va a ver, un visitante que busca algo más.

¿Cómo han cambiado los museos?

Uno ve que las transformaciones son rápidas y profundas. La digitalización ha tenido una gran penetración.

Póngame un ejemplo de buen museo.

Para eso hay que valorar la calidad de la experiencia. Te puedo citar el Museo de Historia de València. Es buenísimo. Una belleza. Tiene una museografía que enriquece, entretiene y que hace entender la historia de València.

¿Cómo podemos inculcar a los niños, desde bien pequeños, que sientan interés por los museos?

Un buen modo de empezar es acudir a los zoológicos. No es lo mismo ver los animales en un libro que en vivo. Se desarrollan los procesos cognitivos.

Ha impartido una conferencia entre los alumnos de Pedagogía de la Universitat de València. ¿Ha encontrado interés en ellos por la labor educativa de los museos?

Sí. Ellos tienen la responsabilidad de promover el interés por los museos.

Para conocer bien una ciudad, quizás haya que visitar antes sus museos, para que nos cuente qué vamos a encontrar a nuestro alrededor.

Totalmente. En València por ejemplo, la Catedral es también un museo. Los sitios históricos lo son. El museo está vivo, te habla de tu vida.

Hoy en día, el ocio y la cultura tienen una fuerte competencia con las pantallas.

La vida tiene más poder que las pantallas. A los niños les fascina experimentar, por ejemplo, con vasos de agua.

¿Cree que los museos deberían ser gratis?

¡Sí, por supuesto! Lo contrario es empobrecer y cerrar fronteras. El pobre no se entera. Es una injusticia social.

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