Dos meses después de su reunión con la Conselleria de Cultura, el artista Javier Parra, que hace un año recuperó el mural diseñado en 1969 por Josep Renau durante su exilio en Berlín, ha lanzado un ultimátum a la consellera Raquel Tamarit. Lo ha hecho por carta. En ella, marca una fecha límite en el calendario, el 12 de octubre, fecha del 40 aniversario de la muerte de Renau. La consellera tendrá hasta ese día para decidir si quiere exponer el mural recuperado por Parra o no. De lo contrario, el artista de Paterna ofrecerá la pieza a otros museos que ya habrían mostrado su interés, concretamente centros artísticos de Madrid y Barcelona

A partir de esa fecha, si la conselleria quiere exponer el mural deberá ser bajo pago. Así lo ha expresado Parra a través de la carta, a la que ha tenido acceso Levante-EMV. «Sirva esta carta para hacerle saber que si antes del día 12 de octubre, fecha del 40 aniversario del fallecimiento del genial artista valenciano, en memoria y reconocimiento del cual fue finalizado este proyecto, no existe una propuesta en firme por su parte, concluirá la citada oferta de cesión sin coste a las instituciones valencianas, y se comenzará la exploración de otras vías para su exposición en València, ciudad del artista, así como en otras ciudades», ha escrito Parra. 

En esta misiva, que ha llegado hoy por la tarde a la conselleria, el artista de Paterna también afea a las instituciones que la deuda que mantienen con Renau. «40 años después de su muerte, el pueblo valenciano sigue sin conocer gran parte de su legado, y sin poder ver de manera permanente en ningún espacio sus obras».

El mural, pintado sobre 15 tableros de madera, y proyectado para estar en un espacio interior, tiene un tamaño de 7 metros de altura y 4,5 metros de ancho. Renau realizó su diseño bajo el encargo de la RDA. Estaba dedicado al papel de la clase trabajadora en la era de la Revolución Científico-Técnica, para ser instalado en el vestíbulo de entrada de las Salas de Exposiciones de un complejo educativo al este de Berlín. Pero el diseño se quedó sin ejecutar. 50 años después, Parra lo realizó en su estudio de València. Desde entonces, ha intentado exponerlo en alguna institución valenciana. Aunque parece que ese trámite está siendo el más difícil.