Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Director de orquesta

Álvaro Albiach: "Una orquesta debe tener una disciplina férrea"

«Los directores de orquesta hacemos una especie de arqueología musical»

Álvaro Albiach Elena Martínez

El Grand Prix del Jurado y el Premio del Público en el Concurso Internacional de Besançon en 1999 supuso el punto de partida de la carrera del director de orquesta valenciano Álvaro Albiach (Llíria, 1968). Desde entonces ha recibido las invitaciones de grandes orquestas de todo el mundo y durante casi una década -entre 2012 y 2021- fue director titular y artístico de la Orquesta de Extremadura. Hace solo unos días, el Palau de la Música de València anunciaba su nombre como nuevo principal director invitado de la Orquesta de València (OV).

¿Qué supone ser principal director invitado de la OV?

Mucho. Tengo una trayectoria de más de 20 años pero esto es muy importante para mí. La OV fue la primera con la que empecé a tener relación siendo yo adolescente. Entonces, su director era Manuel Galduf. Me hace muchísima ilusión porque creo, además, que la orquesta está en un momento artístico estupendo.

¿Se siente profeta en su tierra?

Eso es un poco relativo (ríe). Lo importante es tener una buena relación artística. Será una experiencia fantástica y positiva. Lo que interesa es tener un buen instrumento, en este caso la OV, con la que trabajar.

¿En qué consiste ser principal director invitado?

Es un vínculo, en principio de una temporada, pero que serán dos. En esta primera temporada dirigiré tres conciertos y la idea es mantener un vínculo colaborativo, por ejemplo, en temas de programación con el director titular, Alexander Liebreich. Es una figura vinculada a la OV, soy como su segundo director.

Es usted de Llíria, ciudad de la música. Su futuro estaba escrito.

Sí (ríe). Me he criado en un entorno familiar muy musical, mi padre era músico amateur, mis amigos también eran músicos, tocaba en la banda. Era un buen principio.

Sustituye a Enrique García Asensio que no es poco.

Efectivamente. En la música clásica hacemos una especie de arqueología musical. El legado de grandes maestros, como García Asensio, pesa porque siempre ha sido una figura importante. Aunque es un privilegio que hayan pensado en mí para sucederle en el puesto.

Su primer concierto con la OV tras su nombramiento fue el pasado jueves. ¿Qué sensaciones tuvo?

Buenísima, creo que ofrecimos un buen concierto. Encontré a una OV dispuesta a hacer las cosas bien. Hubo mucha comunicación con los músicos. Me sentí muy a gusto.

¿Le gustaría ser el director titular de alguna de las grandes orquestas valencianas?

¡Entra dentro de tantas variables que no están en mi mano!

¿Cuál será su próximo compromiso con la OV?

En enero con el pianista Josu de Solaun. Será un concierto comprometido porque no es sencillo.

¿Qué repertorio le gustaría abordar con la OV?

Siempre he estado muy abierto. Me encuentro cómodo en el gran sinfonismo alemán de finales del siglo XIX y principios del XX. Sin embargo, es interesante desarrollar y «tocar varios palos». Es muy enriquecedor abordar distintos y variados repertorios. Y recuperar algunos que parecen olvidados.

La ópera es también otro de sus intereses.

La lírica me apasiona y es muy distinta al sinfónico. El papel del director de ópera es muy comprometido porque entran en juego muchos factores: música, voz, escena...

No es la primera vez que dirige a la OV. ¿Cómo ha cambiado?

La primera vez que la dirigí fue en 2004 y la siguiente en 2019, así que noté una evolución total. En ella y en mí. Ahora mismo está en un buen momento artístico, aunque no tener sus instalaciones propias es, en cierta manera, un obstáculo. No es la mejor situación pero se solucionará pronto.

¿Cómo concibe una orquesta?

Es una pregunta difícil. Hay un principio de organización. Una orquesta debe tener una disciplina férrea que se tiene que ver en todo en cuanto a los instrumentos. Y para que funcione, todos deben ir a una, que todo el conjunto respire y sienta acorde. Lo ideal sería tener esta disciplina y que todos tuvieran su punto de participación.

¿Cómo es su relación con los miembros de la OV?

Para mí trabajar con la OV es como volver a casa. He estudiado con muchos de los músicos de la OV y algunos han sido mis referentes. Es una relación fluida y distendida dentro de lo que cabe. Es una relación muy cómoda para mí. He encontrado a gente que conozco y que me conocen. Uno de los principales obstáculos cuando llegas a una orquesta es que los músicos no te conocen.

¿Y con el maestro Liebreich?

Tuvimos una primera reunión y mantenemos una relación cordial. Yo me ofreceré a ayudarle en lo que necesite.

Compartir el artículo

stats