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Jaime Rosales Cineasta

"No quiero ser un director mártir"

Jaime Rosales presenta su nueva película, «Girasoles silvestres», en los Cines Lys de València

Jaime Rosales presenta su última película en València. Ana Escobar

El cineasta barcelonés Jaime Rosales cuenta la vida de una madre joven a través de tres de sus parejas sentimentales. Como un cuento con moraleja, el director de ‘Petra’ o ‘Hermosa juventud’ pronostica un futuro esperanzados a través de una veinteañera luchadora que aprende de sus errores, la protagonista de ‘Girasoles silvestres’, su nueva película, que presentó ayer en los Cines Lys. 

«No quiero ser un director mártir en el cine español, como lo han sido otros», aseguró el cineasta para explicar el lenguaje de esta película, más abierto que en sus otros filmes, aunque conserva su visión «independiente del cine». «Tuve una crisis personal hace varios años, por la que tuve que cambiar mi relación con las productoras porque la industria y el espectador me dieron la espalda», confesó el director en referencia a una etapa de su carrera, a partir de su película ‘Sueño y silencio’ (2012), cuando Rosales ya tenía cuatro películas estrenadas. 

«Los directores sabemos cómo funciona la industria. En lugar de optar por las películas que quería hacer yo, asumiendo todos los riesgos, opté por adaptarme a ciertos estándares. Ahora procuro llegar a un equilibrio entre lo que quieren las productoras y lo que quiero yo. Hago películas por autoencargo», explicó el cineasta, que reconoció que cuida las «formas». «Cuando tienes más presupuesto debes ser más ortodoxo, pero es importante no renunciar a las ideas». 

Rosales comparó su carrera con una «espiral», porque «progresa y da vueltas». Durante su carrera ha ganado el Premio de la Crítica de Cannes por ‘La soledad’, con la que ganó tres Goyas en 2007. 

En los ‘Girasoles silvestres’, el cineasta narra la evolución de una madre joven a través de tres de sus parejas, que representan diferentes masculinidades, una de ellas especialmente «tóxica» como reconoció el director, pese a que este concepto, el de «masculinidad tóxica» no le agrada. «Quiero hablar de hombres y de mujeres, de patrones», aclaró. «Hay diferentes tipos de hombres en la cinta, muy diferentes entre sí, invitan a la reflexión. Uno de ellos es arcaico, un hombre de otra época, muy inmaduro e infantil. Pero también está el padre de la protagonista, maduro y relajado, que en lugar de minar la autoestima se deja llevar», explicó. 

La cinta está protagonizada por Anna Castillo, quien interpreta a esta joven que busca su lugar dentro de la familia a través de sus relaciones sentimentales. «Julia está inspirada en una joven estadounidense que conocía a través de un reportaje. Ella es una mujer que aprende de la vida, que no se victimiza a pesar de todo porque decide seguir hacia delante», añade el director. La cinta se ha grabado entre Cataluña y Melilla en plena pandemia.  

«Bienestar y conflicto»

La película pone el foco en la familia como un fin deseable, pero también como una entidad que garantiza un futuro. «Ser padre de mi hijas y marido de mi mujer es algo fundamental en mi vida. Esa relación con ellas es de enorme intensidad. Mi vida es el cine y la familia, por lo tanto, eso iba a quedar plasmado en la película», confesó. «La familia es una fuente de bienestar y de conflicto. Me interesan mucho cómo se resuelven los problemas en la familia, porque muchas acaban por dinamitarse a causa de ciertos conflictos. Mi cine está plagado de seres que deben resolver sus problemas existenciales dentro del seno de la familia». 

Respecto al tono esperanzador de la cinta, Rosales aseguró que actualmente considera que vivimos en una «neurosis social», que «no nos deja ver lo que ha avanzado la sociedad». «Solo podemos ir a mejor», aclaró. 

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