«O hacemos un museo-joyería en el que mostramos las obras de arte como si fueran diamantes en una urna de cristal mientras un vigilante no nos pierde de vista, o hacemos un museo abierto a la sociedad en el que puedas mirar y disfrutar con tranquilidad, conversar con otros, hacerte un selfie delante de tu pintura favorita o incluso grabar un vídeo de tik tok. Si elegimos esta segunda opción, hay que asumir que el peligro 0 no existe».

De esta forma resume Pablo González Tornel, director del Museo de Bellas Artes de València, el dilema entre extremar la seguridad o favorecer el disfrute del arte al que se enfrentan las administraciones y, sobre todo, la ciudadanía tras los ataques por parte de activistas que han sufrido varias obras emblemáticas de Monet, Picasso, Van Gohg o Da Vinci en museos como el Louvre o la National Gallery.

El pasado lunes, el Ministerio de Cultura y Deporte instó a los museos estatales a extremar las medidas de seguridad los ataques de activistas ecologistas contra obras de patrimonio artístico.

El ministerio ha pedido a las pinacotecas que sean «exhaustivas» en el cumplimiento de las normas de acceso que los visitantes deben cumplir para acceder al recinto, como la prohibición de introducir elementos y bebidas en las salas, mochilas y bultos grandes, paraguas u objetos punzantes, etc».

Se unen así a otros museos españoles, como el Prado o el Reina Sofía, «en alerta» por este tipo de acciones, que consideran que «no tienen sentido» y con las que solo se busca «publicidad».

Dos manifestantes contra el cambio climático lanzan tomate a 'Los Girasoles' de Van Gogh

Dos manifestantes contra el cambio climático lanzan tomate a 'Los Girasoles' de Van Gogh Agencia ATLAS

"Ningún museo está preparado"

«Evidentemente, ningún museo está preparado para un ataque de este tipo -señaló ayer González Tornel en declaraciones a Levante-EMV-. No estamos hablando de gente que entra con un artefacto explosivo, sino que basta con llevar en el bolsillo una bolsa con pure en polvo y rellenarlo de agua en los servicios del museo para poder atacar las obras».

Los activistas del movimiento ecológico que han lanzado tartas, sopa de tomate o pure a obras de Leonardo da Vinci, Van Gogh o Monet, han procurado que sus objetivos estuviesen blindados con un crista de seguridad. De esta forma, evitaban dañar realmente la pintura y, como señala González Tornel, no cometer un delito penal que podría llevarles a la cárcel.

En el Museo de Bellas Artes de València son muy pocas las obras que llevan cristal protector. Y las que lo llevan, no es por una cuestión de seguridad sino para prevenir el deterioro de la propia obra. «Suelen llevar cristal las tablas que están en vitrinas climáticas, como las de Joan de Joanes o el Tríptico de los improperios del Bosco, piezas sensibles que han de mantener una temperatura y unas condiciones de humedad constante paraevitar diltaciones y contracciones de la madera», señala el director de la pinacoteca valenciana.

Por ello, las obras pintadas sobre lienzo que se exhiben en el Bellas Artes no suelen este tipo de protección, a excepción del Autorretrato de Diego Velázquez. «Según los criterios modernos, no debería llevarlo, pero está así desde hace años», explica González Tornel. «Pero ni siquiera el Retrato de Michele Marullo Tarcaniota de Sandro Botticelli está tras un cristal cristal porque nunca lo ha tenido, ni siquiera cuando estuvo en El Prado».

Un visitante ataca a la Gioconda con una tarta en el Museo del Louvre

Un visitante ataca a la Gioconda con una tarta en el Museo del Louvre Vídeo: Agencia ATLAS

130 cámaras de seguridad

Como medidas de seguridad, el Bellas Artes cuenta actualmente con 130 cámaras de vigilancia conectadas a un puesto central y el personal de vigilancia de sala. Además, no se permite que los visitantes entren con bolsas a las instalaciones. A González Tornel no le consta que, en la historia del museo, nadie haya dañado voluntariamente alguna de las obras que allí se exhiben.

Pero, ¿qué pasaría si se produjese ahora en València una acción como las realizadas contra la Gioconda o Los Girasoles? «Los vigilantes de seguridad del museo retendrían a los atacantes y llamarían a la Policía -explica el director del antiguo San Pío V-. Activaríamos el procedimiento de emergencia del plan de autoprotección del museo y procederíamos a la evacuación del cuadro atacado para realizar una restauración rápida e intentar que el daño sea el menor posible».