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Julio González y la tiranía del hierro

El IVAM inaugura la exposición 'Ser artista' el próximo 28 de octubre

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El IVAM inaugura la exposición 'Ser artista' de Julio González Fernando Bustamante

El verbo 'ser' supuso una eterna lucha para Julio González. Artesano desde su juventud, pero artista por voluntad, el escultor se esforzó por verse legitimado dentro del núcleo social de las vanguardias mientras que, a su vez, no podía evitar ejercer de artesano ante un pedazo de metal. La rebelión sobre la identidad, la herencia o la aspiración conforma el núcleo de la exposición 'Ser artista. Julio González', la nueva revisión del IVAM a la colección que atesora del artista barcelonés.

"El legado de Julio González en el IVAM consta de 400 obras reunidas desde 1986. Es la más completa que existe del escultor en un museo, es por eso que el estudio de su legado siempre ha sido una prioridad", ha señalado la directora del IVAM, Nuria Enguita. "Esta exposición propone una visión diferente de Julio González porque transforma su historiografía para mostrar la complejidad del artista". La muestra está comisariada por Juan José Lahuerta, quien fue responsable de la colección del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC).

"Julio vendió el taller de metal de su padre para ser artista. Su vida estuvo marcada por su lucha contra el artista tradicional, aquel que procede del mundo artesano y la Escuela de Bellas Artes, y su intención de ser un artista con todas las letras, una idea influenciada por el mito bohemio", explica Lahuerta. "La lucha se produce desde su origen como artesano. Durante su vida habló sobre la tiranía del hierro, haciendo referencia a la tradición que aprendió de joven. Sin embargo, al final, el vencedor de esta lucha fue el oficio en sí. El hierro venció al hierro", destaca Lahuerta en relación al clímax que encontró en sus dos facetas poco antes de su muerte. "Fue como una iluminación", añade.

La exposición cuenta con 220 obras, entre las cuales hay esculturas, dibujos, postales y manuscritos, muchos de ellos inéditos. Estos últimos pertenecieron al archivo personal del artista. Son postales dirigidas a sus hermanas y a su hermano Joan con imágenes de aviones, monumentos y diseños de moda.

Los héroes, los santos, los vanguardistas

Según el comisario, los artistas de las vanguardias se han presentado tradicionalmente como "héroes", ya que representaban un tipo de "vida de vanguardia". "Julio González persiguió este ideal en una larga noche oscura. Dominaba su oficio gracias a su conocimiento de las técnicas para trabajar el metal, pese a ello ejercía una proverbial modestia". De hecho, Picasso le pidió ayuda en alguna ocasión. "Las vanguardias construyeron la historia de su obra, muy conocida internacionalmente. Sin embargo, en los años 50 fue presentado como un artista recuperado del olvido", señala Lahuerta, ya que fue en esta época cuando su hija reivindicó la figura de su padre a través de un artículo.

Pese a sus intentos por ser reconocido como un artista de vanguardia, González no abandonó los temas academicistas en sus obras, como puede ser la mujer en el espejo, la maternidad, Dafne, Venus o el beso entre dos amantes. Aunque la exposición muestra el innovador proceso por el cual el artista creaba sus esculturas. Partiendo de dibujos con personas de carne y hueso, González iba estilizando su figura hasta convertir a sus modelos en alambres.

La muestra 'Ser artista' se inaugura el 28 de octubre en el IVAM y estará todo un año.

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