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Tribuna

Magraner y sus Ministrers, siete lustros de ilusión

Imagen de Capella de Ministrers durante un concierto. | ©ARLETTEOLAERTS

Creéis que merece la pena hacer estos almuerzos con la Prensa?», preguntó con franca ingenuidad Carles Magraner (1962) ante los comensales -periodistas y críticos- que se reunieron para escuchar y festejar ante el mantel las andanzas, aventuras y desventuras de 35 años de defensa y reivindicación del inmenso patrimonio musical anterior al barroco. Tres décadas y media en la que el director, musicólogo y violagambista de Almussafes y su inseparable Capella de Ministrers han realizado una labor ingente. Cuatro continentes; más de mil quinientos conciertos; 65 discos en torno a la música andalusí, sefardí, cristiana, las coronas de Castilla y de Aragón, la Ruta de la Seda, Misteri d’Elx, los Borja, medieval, del Nuevo Mundo, renacentista, barroca, del Mediterráneo... y numerosos premios nacionales e internacionales avalan la trayectoria ejemplar de este grupo privado nacido y mantenido por el impulso, ilusión y dinamismo de Carles Magraner durante siete fecundos, azarosos y felices siete lustros.

«A trancas y barrancas», en tiempos difíciles, «y más difíciles incluso, como los actuales», subrayó Magraner sin pelos en la lengua, añorando tiempos no tan pasados, «como cuando estaba Inmaculada Tomás al frente del Institut Valencià de la Música; cuando al frente de la las instituciones culturales había personas realmente motivadas y conocedoras de lo que tenían entre manos». «Ahora», prosiguió Magraner jaleado quizá por el estupendo ribera que tenía en la copa, «todo es más difícil: no hay realmente una conciencia del enorme patrimonio musical que se gestó desde el año 1000 -cuando se comienza a escribir la música- hasta mediados del XVIII, cuando irrumpe el barroco. Es como si solo se hubiera creado música en los últimos 250 años».

Magraner y sus Ministrers, siete lustros de ilusión

Siempre con la vista puesta en la historia y sus celebraciones y onomásticas. De hecho, una de las vertientes más reseñables de la formación ha sido la colaboración en la promoción nacional e internacional de efemérides significativas, con proyectos musicales únicos y singulares, como el Año Santo Xacobeo 2021, el V Centenario de Santa Teresa de Jesús, el VI Centenario del Concilio de Constanza, el IV Centenario del Quijote y Miguel de Cervantes, el VII Centenario Ramon Llull..., con el objetivo siempre de dar a conocer y ser embajadores de la cultura española desde la calidad y excelencia interpretativa.

Este enorme pero descuidado patrimonio renacentista y prerrenacentista, pluricultural y plurinacional, ha sido objeto y dedicación de la Capella de Ministrers desde su fundación en 1987, en València. «Son incontables las iniciativas y actividades de todo tipo que hemos desarrollado, con implicación y ambientación ineludible en los acontecimientos reales y culturales de cada momento histórico. Incluso en ocasiones hemos conmemorado y festejado musicalmente importantes acontecimientos históricos que han quedado inadvertidos en otros estamentos de nuestra Comunitat».

De hecho los estudios musicológicos de Magraner sobre el barroco valenciano han servido para la edición de discos sobre la música antigua valenciana: Matías Navarro, José Gil Pérez, trovadores de la Corona de Aragón, Alfonso el Magnánimo, entre otros. Ha publicado, junto con David Antich, la edición crítica de la zarzuela La Madrileña de Vicente Martín y Soler, y junto a Gersón Padilla, la suite medieval Els Viatges de Tirant lo Blanch para banda sinfónica.

En el muy conveniente y grato encuentro con periodistas Carles Magraner habla con una mezcla de resquemor por la evidente falta de ayudas y reconocimientos -nos movemos en terreno hostil- y orgullo por lo mucho hecho. Un camino agridulce de éxitos en los escenarios y universidades y de subvenciones y apoyos que nunca son lo que debieran. «¿Pasa lo mismo en otros países?», pregunta un colega mientras saborea un delicioso pargo del restorán Entrevins. «En absoluto. Las formaciones de música antigua, y de músicas étnicas, tienen un apoyo infinitamente mayor en otros países europeos, o incluso del Magreb».

Se le ilumina la mirada, aún cargada de entusiasmo joven, cuando habla de las músicas hermanas del Norte de África y, en general, del mundo árabe, tan próximas a nuestros universos flamencos y más populares. «Es emocionante, increíble, ver cómo en Casablanca, o Fes, o Damasco, los públicos viven y se emocionan con nuestras propias músicas, con nuestro propio patrimonio. Auditorios de más de mil personas que palpitan sonidos ancestrales que siente próximos».

Magraner compareció con su guardia pretoriana. Músicos y gestores que llevan años embarcados en la misma aventura común. 35 años de entusiasmo, fervor y pasión por un patrimonio que seguirá siendo minoritario por los días de los días. Atrás quedan los reconocimientos y éxitos, desde el Premio Internacional de Música Clásica (ICMA) -considerado como el Grammy de la música clásica, y otorgado por miembros de algunas de las más reputadas publicaciones especializadas europeas-; el Premio Carles Santos en 2018; finalista de los Premios ICMA en 2021 y dos de sus discos fueron nominados en 2022, entre otros muchos reconocimientos a lo largo de su historia.

Armado en este pasado de gloria y esfuerzo, Carles Magraner y sus músicos virtuosos miran siempre al futuro, al «qué vamos a hacer mañana». Por lo pronto, actuarán el miércoles, 2 de noviembre, en el Teatre Principal de València, con un programa titulado Arrels (Raíces), basado en un repertorio que gira en torno a la música tradicional valenciana abordada desde la perspectiva de la música histórica, con los versos de cinco poetas valencianos: Vicent Andrés Estellés, Marc Granell, Jaume Pérez Muntaner, Begonya Pozo e Isabel Robles.

Definitivamente, maestro Carles Magraner, estos encuentros, vasos comunicantes entre artistas y medios de comunicación, son, más que convenientes, imprescindibles. Por gratos y sabrosos, pero, sobre todo, por ser medio para trasladar a la sociedad lo que un gran artista, lo que un estupendo grupo de música antigua, hace y sueña. Magraner y su Capella de Ministrers son la institución cultural más internacional y universal de la Comunitat Valenciana. ¡Enhorabuena y a por los próximos 35 con salut!

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